Capítulo 5.
LOS
HERMANOS KAULITZ.
Tres meses atrás Deka y Tom se habían visto en
el aeropuerto de L.A. Tom había dedicado ese tiempo para seguir con el trabajo
en el estudio, mientras que Deka, a comenzar con su nueva vida de
universitaria. habían pensado el uno en el otro algunas veces , pero jamas
creyeron en un tercer encuentro, y quien le diría a Tom que al
llegar a casa de su madre para la boda, se reencontraría una vez más con ella.
—Chicos, saluden a nuestras
invitadas — escuchó decir a su madre entre el aturdimiento. No supo siquiera
como es que se movió, pero cuando se dio cuenta él y su hermano ya estaban frente a ellas.
—Hola, gemelos.— Saludo una de
las mujeres, dándole un abrazo a Bill, después él comprendió de quien se trataba —
—¡Bill, querido. Que alegría
verte de nuevo! —Recitó ella con sincero entusiasmo.
—¿Andy? — Reconoció Bill
sorprendido. —¿Eres tú de verdad?.¡ Pero que sorpresa!—
Desde que Bill y su hermano
eran apenas unos niños de siete años, recordaban que Andy era la mejor amiga de
su madre, así mismo también recordaban a su sobrina, una pequeña niña de cuatro años.
Después de saludar a la mujer,
Bill observó a las dos jóvenes por un instante y se concentró más en la de ojos verdes que tenia al frente.
—Tom , ¿a caso ya no me recuerdas?
— Inquirió Andy.
—Claro que te
recuerdo— Respondió este con una sonrisa mientras se acercaba a saludarla dándole dos besos, Tom, al igual que su hermano, también estudió con atención a Deka y a Tammy.— Mi madre nos hizo saber que vendrías para la boda.—
—Por supuesto, no me la perdería por nada.— Dijo animadamente.—
La sonrisa de Tom se hizo más amplia, desde que tenia memoria recordaba que Andrea y su madre eran las mejores amigas, por lo cual no le sorprendía que estuviese ahí. Lo verdaderamente novedoso era la parecencia de la chica misteriosa.
La sonrisa de Tom se hizo más amplia, desde que tenia memoria recordaba que Andrea y su madre eran las mejores amigas, por lo cual no le sorprendía que estuviese ahí. Lo verdaderamente novedoso era la parecencia de la chica misteriosa.
—Seguramente tampoco has olvidado a mi sobrina, Deka — Dijo
señalando a la joven de ojos verdes —Y ella es Tammy, su mejor amiga.— Señaló también a la otra chica que sonreía ilusionada.
—¡Hola!— Saludo Tammy de inmediato, su rostro bonito era todo un poema que pasaba de la alegría al embelesamiento en un instante, lo cual casi le hizo reír.
—Tammy — la saludo Tom mostrándole una sonrisa picara y dándole dos besos en las mejillas. La joven se esforzaba por contener su emoción.
—¡Eres tú!— Agregó ella aun
sin poder creerlo.
Bill la saludo amablemente e igualmente dándole un par de besos, aunque ella mostraba mas interés hacia Tom pues no cesaba de lanzarle miradas coquetas.
Segundos después Tom y Bill prestaron toda su atención en la otra chica, ella también los observaba con curiosidad.
—Tu de nuevo — Dijo Tom, intentando aplacar su sorpresa por el nuevo encuentro.
—Espera...— Agregó
Bill con cara de haber descubierto algo importante. —¿Deka?, ¿eres tu?. —
—¿Si? — respondió ella con desconcierto.
—¡Oohh, de verdad que no lo
puedo creer!— agregó Bill, acercándose más a ella para darle un par de besos y
abrasarla. La chica correspondió el afectuoso saludo, pero aún no entendía porque él se comportaba tan sorprendido.
Bill se separó de Deka unos
segundos después para poder apreciarla con mas detalle.
—Después de tantos años, por
fin volvemos a vernos — anunció. —Has cambiado tanto, me refiero a que ya
no queda nada de aquella niña que conocí, te ves...
—Hola— Lo interrumpió Tom. Ahora era su turno de saludar así que se acercó a ella — No esperaba volver a verte.
Deka le sonrió y Tom pensó en que ese gesto la hacía lucir mas joven.
La joven le tendió una mano y esperó a que el se la estrechara, Para Deka, aquel era un encuentro extraño, a diferencia de Tammy, no se sentía bajo el influjo de estar frente a dos estrellas de la música, no, para ella resultaba un tanto inquietante y no sabía como reaccionar.
Reparó en la sonrisa encantadora de Tom, en lo calida que era su mano cuando tomó la suya y en que ese contacto le provocaba un cosquilleo en la piel. Solo esperaba que a él no se le ocurriera contar sobre su primer encuentro, de ser así, Andy no lo pasaría por alto. Por otra parte, tendría que preguntar a su tía como es que había olvidado mencionarle quienes eran los hijos de Sisi.
La joven le tendió una mano y esperó a que el se la estrechara, Para Deka, aquel era un encuentro extraño, a diferencia de Tammy, no se sentía bajo el influjo de estar frente a dos estrellas de la música, no, para ella resultaba un tanto inquietante y no sabía como reaccionar.
Reparó en la sonrisa encantadora de Tom, en lo calida que era su mano cuando tomó la suya y en que ese contacto le provocaba un cosquilleo en la piel. Solo esperaba que a él no se le ocurriera contar sobre su primer encuentro, de ser así, Andy no lo pasaría por alto. Por otra parte, tendría que preguntar a su tía como es que había olvidado mencionarle quienes eran los hijos de Sisi.
Tom no se conformó con un simple apretón de manos y para más sorpresa de Deka, le beso ambas mejillas.
—Vale— Interrumpió Tammy que
se había mantenido un poco callada. —Creo que me he perdido, ¿como es que todo mundo aquí se conoce y yo no estaba enterada?—
—Creí que sería mucho mas divertido si lo averiguaban ustedes mismas.— Respondió Andy divertida y después miró a Simone con complicidad — Deka y los gemelos se conocieron cuando eran muy pequeños, eran compañeros de juegos.
—¿Estas de broma?— Exclamó Tammy, que paseó la mirada de Tom hacia Bill y se detuvo en su amiga, a quien con una mirada le pidió que explicara aquello. Deka tan solo se encogió de hombros, haciéndole saber que tampoco tenia idea.
Después de la muerte de los
padres de Dekatherine, Andy se había quedado a cargo de ella, y como albacea de todo el patrimonio, Andy manejaba la empresa familiar, por lo cual tuvo que hacerse cargo también de las oficinas en América, situación que les obligó a mudarse. Deka solo tenia cuatro años y desde que abandonó Alemania, todo lo que le era conocido se quedo atrás y eso incluía a los hermanos Kaulitz. Conforme los años pasaron olvidó si alguna vez amó aquella ciudad fría y gris, para ella, su único hogar era USA y Jamás habló con Andy sobre ello. En realidad Deka nunca preguntaba cosas sobre su vida de niña, no le adradaba.
—Nada es broma— Le respondió Andy, parecía como si disfrutara de ver a Tammy tan estupefacta, lo cual no ocurría con mucha frecuencia.
—Nada es broma— Le respondió Andy, parecía como si disfrutara de ver a Tammy tan estupefacta, lo cual no ocurría con mucha frecuencia.
—Entonces— Soltó Simone, atrayendo con ello la atención de todos.— Yo me marcho a la cocina, tengo una paella que terminar de preparar, Andy, ¿vienes conmigo? los chicos seguramente tendrás cosas de que hablar.
Andrea sonrió con picardía al igual que su amiga y juntas se marcharon de vuelta a la cocina. Deka las observó con el ceño fruncido hasta que se perdieron de vista, ¿A qué venia toda esa comedia? ¿a caso pensaban que saltaría de felicidad al descubrir que había sido amiga de los Kaulitz? Sin duda Andy estaba desesperada por verla actuar como cualquier chica de su edad.
Andrea sonrió con picardía al igual que su amiga y juntas se marcharon de vuelta a la cocina. Deka las observó con el ceño fruncido hasta que se perdieron de vista, ¿A qué venia toda esa comedia? ¿a caso pensaban que saltaría de felicidad al descubrir que había sido amiga de los Kaulitz? Sin duda Andy estaba desesperada por verla actuar como cualquier chica de su edad.
[ ]
Tammy seguía con esa sonrisa babosa en el rostro y estuve tentada a decirle que parara, no lo hice, tan solo la observe, prefería mirarla a ella y no a los gemelos, ellos me ponían nerviosa. Mi amiga se puso en pie, yo la seguí con la mirada mientras se acercaba a Tom, le dio un beso en la mejilla izquierda y adquirió esa expresión coqueta que tanto le había visto usar cuando estaba a la conquista, Tammy nunca perdía el tiempo y yo admiraba eso de ella, la seguridad en si misma.
—Es que... ¡No me lo puedo creer! — Decía maravillada al tiempo que se sentaba junto a Tom en el sofá y este le sonreía en respuesta, mentalmente di gracias a Tammy por atraer su atención, ya que él había estado estudiándome detenidamente y eso me incomodaba terriblemente.
—¡Estamos con Tokio Hotel y en casa de su madre!—
—¡Estamos con Tokio Hotel y en casa de su madre!—
—¿Conocen nuestra música?—
preguntó Bill animado.
—Por supuesto — Respondió ella de inmediato — ¿a caso pensaron que no sabíamos quienes son?
—Bueno...— Respondió Bill con una sonrisa— No estábamos seguros.
—Pues me se todas sus canciones y hemos asistido a unos cuantos conciertos ¿cierto Deka?— Ella me miró.
—Cierto — respondí intentando sonar despreocupada, cosa que no conseguí.
—¡Vaya, eso es genial! —
concluyó Bill, —Es maravillosos que les guste lo que hacemos. —
—Seguramente son fans mías— Bromeó Tom. —Nadie se resiste a un buen guitarrista. —
—Estoy de acuerdo con eso— Agregó Tammy sin miramientos a lo que Tom le sonrió de manera picara.
—Y dime, Tom — Dijo ella
acaparándolo por completo. —¿que tal va lo del nuevo álbum? —
—¡Tammy !— Le reñí. —No creo que estén aquí para hablar de eso. —
—Vale, yo solo soy una fan y no me he podido resistir a preguntar — Se escudó Tamm.
—No hay problema— Dijo Tom que ahora me observaba. —No nos molesta en absoluto hablar de eso. —
—Cierto — Agregó Bill. — Estamos tan emocionados con el nuevo disco que para nada nos molesta hablar de
el. —
—Estamos trabajando duro en ello.— Agregó Tom respondiendo a la pregunta que Tammy. —Aun tenemos muchas ideas por desarrollar pero lo estamos disfrutando y lo mejor es que esta
quedando como lo queremos.—
—¡Vaya! — Dijó Tammy asombrada — Ya muero por escuchar las nuevas canciones. —
—Pronto estará listo, pero como buena fan, tendrás que esperar hasta el lanzamiento.— Respondió Tom.
—Intentaré ser paciente — Le sonrió Tamm.
—Intentaré ser paciente — Le sonrió Tamm.
La charla continuó animadamente entre ellos, yo solo me disponía a observar y agregar una que otra frase en alguna ocasión. mi amiga y Tom eran quienes llevaban el ritmo de la conversación y yo no tenia problema con eso. Después de un rato deje el sofá y fui hacia el gran ventanal. La vista del jardín era muy bonita y me apetecía ver mucho mas esa imagen. Bill me hizo compañía un minuto mas tarde.
—¿Y que hay de ti?—
preguntó con una sonrisa encantadora — ¿qué haz hecho en estos años?
—Básicamente, estudiar— Respondí también sonriendo.—
—Ya, los estudios— Él arrugo la nariz en forma de desagrado, un gesto que lucia tan lindo en su rostro perfecto —Yo odiaba eso, bueno, aun lo odio. —
—Si, creo que algo he
escuchado. Ya sabes, en Internet se lee de todo — le respondí al tiempo que recordaba a Tammy, en alguna de nuestras pijamadas en casa, leyendo en voz alta artículos sobre las ultimas noticias de nuestra banda favorita. información que yo no había olvidado.
—Supongo que lo dije en alguna entrevista— Volvió a sonreír.
Después de esa frase se hizo el silencio entre los dos, Tom dijo algo gracioso y ambos nos unimos a las risas, pero continuamos los siguientes minutos sin decir una palabra.
Después de esa frase se hizo el silencio entre los dos, Tom dijo algo gracioso y ambos nos unimos a las risas, pero continuamos los siguientes minutos sin decir una palabra.
—Nunca lo he preguntado antes pero, siento curiosidad ahora mismo. ¿Cuál de nuestras canciones es tu favorita?—
Aquello fue algo inesperado pues tampoco me hubiese imaginado que me preguntaría eso. Busque en mi mente la lista de canciones de Tokio Hotel y casi enseguida tuve la respuesta.
—Ich bin nicht ich y Hilf mir fliegen— Conteste.
—Puedo preguntar ¿por que?— Inquirió interesado.
—Por que me identifico con la letra de cada una, es decir, todas me gustan, pero estas dos son un poco más especiales para mi.— No entendía por que me era tan fácil responderle, normalmente no solía gustarme hablar de mi y sin embargo, con él parecía algo fácil de hacer.
—Entiendo— Respondió, parecía meditar en lo que acababa de decirle.
—Creo que todos tenemos eso momentos oscuros en los que deseamos ser rescatados por algo o alguien, eso es algo que encuentro reflejado principalmente en esas dos canciones.— Agregue, sorprendiéndome por lo fácil que las palabras salían de mi boca.
—Es gracioso.— El me observó detenidamente. —Mientras las escribía, nunca pensé en ello, pero cada vez que las canto, es precisamente lo que siento que trasmiten.
Le sonreí, ahora que lo tenía tan cerca no me parecía tan intimidante, en realidad lo encontraba lindo. Muchas veces lo había visto en entrevistas y siempre me pareció un chico simpático y agradable, ademas de guapo. Ahora me daba cuenta de que era mucho mejor de lo que yo imaginaba, podía percibir en él algo especial, y me miraba con esos ojos tan alegres y su sonrisa angelical.
Nuestra conversación se extendió hacia otros temas (como mi vida en Los Ángeles, su trabajo en el estudio de grabación, sobre sucesos que habíamos compartido en la niñez, los cuales yo no recordaba), que no me di cuenta en que momento abandonamos el salón pues para entonces caminábamos por un pasillo sin saber hacia donde íbamos.
Cuando la hora de la cena llegó, el futuro esposo de Simone también hizo acto de presencia, yo sabia que se llamaba Gordon pero jamás lo
había visto, era un hombre atractivo, alto y muy divertido. Nos saludo
amablemente y por lo que pude observar, su relación con los gemelos era algo que cualquier padrastro podría envidiar.
Andy y él actuaban como grandes amigos, bromeaban sobre que después de tantos años, la pareja por fin se decidia a casarse. No podía negarlo, era muy extraño ver toda aquella escena.
Andy y él actuaban como grandes amigos, bromeaban sobre que después de tantos años, la pareja por fin se decidia a casarse. No podía negarlo, era muy extraño ver toda aquella escena.
Durante
la cena, todos charlábamos animadamente. Andy y Simone recordaban viejos
tiempos y todos reíamos cuando una de ellas contaba alguna anécdota graciosa de su juventud.
—¿Recuerdas cuál era el nombre con el que los
gemelos llamaban a Deka? — preguntó Andy después de que dejara de reir.—
—¡Ah, claro! — Respondió Simone
divertida. —Creo que era Diky.—
—¿Diky? — Preguntó Tom en tono burlon.
—La llamaban así porque ustedes creian que Dekatherine o Deka era un nombre muy feo.— Dijo Simone, entonces me miró y sonrio un tanto apenada.
Le devolvi la sonrisa, aquello me causaba gracia, pues incluso alguna vez yo también había pensado que mi nombre era horrible.
Le devolvi la sonrisa, aquello me causaba gracia, pues incluso alguna vez yo también había pensado que mi nombre era horrible.
—Podras comprender que eramos
niños, ya sabes, a esa edad uno no sabe nada.— Se escudo Bill con su sonrisa bonita.
—Lo se — Respondí divertida.
—Y eso no es todo, Deka también tenia un nombre para Tom.— Agregó Andy.
—Dommy.— Dijo Simone.
Estuve a punto de atragantarme con el agua que estaba bebiendo cuando escuche aquel nombre, no es que fuese realmente ridiculo, pero me causaba gracias. ¿Yo, llamando a Tom Kaulitz, Dommy?
—Tenias 4 años y un curioso problema al ronunciar la letra T.— Me informó Andy.
—Y eso no es todo, Deka también tenia un nombre para Tom.— Agregó Andy.
—Dommy.— Dijo Simone.
Estuve a punto de atragantarme con el agua que estaba bebiendo cuando escuche aquel nombre, no es que fuese realmente ridiculo, pero me causaba gracias. ¿Yo, llamando a Tom Kaulitz, Dommy?
—Tenias 4 años y un curioso problema al ronunciar la letra T.— Me informó Andy.
—¿De verdad? — Mire a Tom sin poder evitar reir, él hizo lo mismo.
—A Thomas no le gustaba que lo llamaras asi y siempre te corregia, tu lo ignorabas, por supuesto— Comentó Simone con alegría.
—Creo que lo recuerdo.— Apuntó Bill. —Una vez le llame así y él me golpeó.—
—Pues claro, me hubiese sorprendido si no.— Le respondió Tom.
A pesar de que al principio me sentí incomoda ante los Kaulitz y su familia, al final de la cena todo era mas natural y agradable, Simone era una excelente anfitriona, Gordon era un hombre muy divertido y siempre con una respuesta ocurrente para todo. Incluso a momentos me olvidaba de que Tom y Bill eran unas celebridades famosas y en cambio, nuestras conversaciones cada vez eran mas amenas.
Quien no se olvidaba de la fama, era Tammy, acaparaba a Tom la mayoria del tiempo y sin temor a equivocarme, creia que él también correspondía a su interes.
Después de cenar, la charla se extendió por unas cuantas horas más, lo cual fue divertido, pues pude escuchar historias muy interesantes que incluían un poco de la vida joven de mi tía con su amiga, la percepción de Simone respecto de la vida agitada y celebre de sus hijos, así como la complicidad que existía entre Gordon y sus hijastros.
Eran poco mas de la media noche cuando nos despedimos para ir a descansar. La casa de Simone era muy grande y contaba con varias habitaciones, así que fuimos asignadas cada una a su habitación. Andy estaba muy cansada y sin mas preámbulo se fue a la cama. Tammy y yo nos separamos en el pasillo cuando cada una llegó hasta su puerta, mi amiga estaba tan sonriente cuando desapareció de mi vista y no me sorprendió pensar que Tom era la razón de su buen humor.
Mi habitación de paredes blancas era espaciosa y cómoda. Cerré la puerta tras de mi y fui hasta la cama donde estaba mi pequeña maleta. Rebusque hasta el fondo y di con el pijama, tomé el neceser y me fui al baño para asearme y cambiarme.
En realidad aun no tenia sueño, así que volví a la cama, tome el ordenador y me dispuse a revisar mis correos. Mientras lo hacia, pensaba en lo gracioso que era todo, en los blogs de fans que muchas veces había leído y donde hablaban acerca de que Gordon era muy cercano a los hermanos Kaulitz y que él había sido en parte, responsable de que Tom se interesará por la guitarra. Todo eso lo leía de una manera lejana, curiosa y bueno, interesante. Lo verdaderamente gracioso ahora, era que estaba comprobando por mi misma la veracidad de todos aquellos artículos que las fans escribían.
Pensar en blogs trajo a mi mente la idea de que yo también podría escribir sobre mi experiencia de conocer, en primera persona, a los famosos integrantes de Tokio Hotel, situación que me hizo reír. Sabía perfectamente que si lo hacía, me convertiría en la envidia de cualquier fan. Entonces pensé en Tammy, si a ella se le ocurría lo mismo, a diferencia de mi, ella no tendría problema en llevarlo a cabo.
—Pues claro, me hubiese sorprendido si no.— Le respondió Tom.
A pesar de que al principio me sentí incomoda ante los Kaulitz y su familia, al final de la cena todo era mas natural y agradable, Simone era una excelente anfitriona, Gordon era un hombre muy divertido y siempre con una respuesta ocurrente para todo. Incluso a momentos me olvidaba de que Tom y Bill eran unas celebridades famosas y en cambio, nuestras conversaciones cada vez eran mas amenas.
Quien no se olvidaba de la fama, era Tammy, acaparaba a Tom la mayoria del tiempo y sin temor a equivocarme, creia que él también correspondía a su interes.
Después de cenar, la charla se extendió por unas cuantas horas más, lo cual fue divertido, pues pude escuchar historias muy interesantes que incluían un poco de la vida joven de mi tía con su amiga, la percepción de Simone respecto de la vida agitada y celebre de sus hijos, así como la complicidad que existía entre Gordon y sus hijastros.
Eran poco mas de la media noche cuando nos despedimos para ir a descansar. La casa de Simone era muy grande y contaba con varias habitaciones, así que fuimos asignadas cada una a su habitación. Andy estaba muy cansada y sin mas preámbulo se fue a la cama. Tammy y yo nos separamos en el pasillo cuando cada una llegó hasta su puerta, mi amiga estaba tan sonriente cuando desapareció de mi vista y no me sorprendió pensar que Tom era la razón de su buen humor.
Mi habitación de paredes blancas era espaciosa y cómoda. Cerré la puerta tras de mi y fui hasta la cama donde estaba mi pequeña maleta. Rebusque hasta el fondo y di con el pijama, tomé el neceser y me fui al baño para asearme y cambiarme.
En realidad aun no tenia sueño, así que volví a la cama, tome el ordenador y me dispuse a revisar mis correos. Mientras lo hacia, pensaba en lo gracioso que era todo, en los blogs de fans que muchas veces había leído y donde hablaban acerca de que Gordon era muy cercano a los hermanos Kaulitz y que él había sido en parte, responsable de que Tom se interesará por la guitarra. Todo eso lo leía de una manera lejana, curiosa y bueno, interesante. Lo verdaderamente gracioso ahora, era que estaba comprobando por mi misma la veracidad de todos aquellos artículos que las fans escribían.
Pensar en blogs trajo a mi mente la idea de que yo también podría escribir sobre mi experiencia de conocer, en primera persona, a los famosos integrantes de Tokio Hotel, situación que me hizo reír. Sabía perfectamente que si lo hacía, me convertiría en la envidia de cualquier fan. Entonces pensé en Tammy, si a ella se le ocurría lo mismo, a diferencia de mi, ella no tendría problema en llevarlo a cabo.
Seguía inmersa en mis
pensamientos cuando llamaron a la puerta. Un instante después Tammy entró como un torbellino, toda ella sonrisas.
—¿Cómo se supone que pueda dormir?, con lo que ha pasado esta noche.— Ella salto sobre mi cama y me abrazo inesperadamente.
—Lo se— Respondí con una
sonrisa al mismo tiempo que dejaba el ordenador sobre el buró. —Todo ha sido sorprendente en este día.—
—Sabes que siempre he amado a Tom, pero verle tan de cerca, no lo se...— Ella sacudió la cabeza, alterada. —¡Es una locura, él es tan guapo y sexy!—
—Si, y también me doy cuenta
de que no pierdes el tiempo — Le dije con los ojos entrecerrados.
—Y yo no se como es que tu no pierdes la calma.— Me miró con cierto reproche.
En respuesta solo me encogí de hombros, no me apetecía tener que hablar sobre mi actitud.
—¿Ni siquiera te emocionaste cuando lo viste antes de esta noche?— Inquirió.
—Si.—
—Ya...— Ahora era ella quien entrecerraba los ojos.
—¿Y que hay de Bill y tu? Les he visto charlar muy animadamente.— Sonrió.
En respuesta solo me encogí de hombros, no me apetecía tener que hablar sobre mi actitud.
—¿Ni siquiera te emocionaste cuando lo viste antes de esta noche?— Inquirió.
—Si.—
—Ya...— Ahora era ella quien entrecerraba los ojos.
—¿Y que hay de Bill y tu? Les he visto charlar muy animadamente.— Sonrió.
—Él es muy agradable — Respondí como quien no quiere la cosa.
—Y también ¡guapísimo! — Agregó.
—Si, también guapísimo — Acepte.
Tammy suspiro, nos mantuvimos en silencio unos segundo, nos miramos entre si y entonces rompimos a reír.
—Andy tenia toda la razón, este viaje esta siendo increíble.—Dijo entre risas.
Tammy suspiro, nos mantuvimos en silencio unos segundo, nos miramos entre si y entonces rompimos a reír.
—Andy tenia toda la razón, este viaje esta siendo increíble.—Dijo entre risas.
—Es cierto — Agregue, que bien se sentía reír así. —Se ha divertido de lo lindo guardando el secreto hasta hoy.
—Pues la amo por eso.— Celebró Tamm.
—¡Ah, por cierto!— Exclamó. — He venido para decirte que mañana saldremos con los gemelos.
—¿Qué, a dónde? — Pregunte sorprendida.
—Tom se ha ofrecido, bueno, le he convencido para dar un paseo por el pueblo y la ciudad. Él se lo dirá a su hermano y yo te lo digo a ti. así iremos los 4 juntos.
—Tom se ha ofrecido, bueno, le he convencido para dar un paseo por el pueblo y la ciudad. Él se lo dirá a su hermano y yo te lo digo a ti. así iremos los 4 juntos.
—¿Esto va en tu plan de conquista? porque yo...
—Nada, tu vendrás con nosotros.— Me interrumpió de inmediato.— Además, él quiere mostrarnos un par de lugares geniales.
—Nada, tu vendrás con nosotros.— Me interrumpió de inmediato.— Además, él quiere mostrarnos un par de lugares geniales.
—¿Y estas segura si en verdad quiere ser nuestro guía de turista?—
—¿Por qué no querría?—
—Porque es famoso y fácil de reconocer.—
Tammy pareció meditarlo un momento.
—Por supuesto que quiere, me lo ha dicho.— Respondió unos segundos después.
—Ya.—
—Dekatherine, no seas agua fiestas, mañana nos divertiremos, estaremos con Bill y Tom y tu no vas a impedirlo, ¿Esta claro?.— Dijo con decisión.
—¿Por qué no querría?—
—Porque es famoso y fácil de reconocer.—
Tammy pareció meditarlo un momento.
—Por supuesto que quiere, me lo ha dicho.— Respondió unos segundos después.
—Ya.—
—Dekatherine, no seas agua fiestas, mañana nos divertiremos, estaremos con Bill y Tom y tu no vas a impedirlo, ¿Esta claro?.— Dijo con decisión.
—La pesimista habló.— Se burló en respuesta.
Ambas suspiramos al mismo tiempo y guardamos silencio. Tammy seguía sonriendo y yo puse los ojos en blanco.
—¿Crees que yo pueda gustarle?— Le escuche decir.
—¿Otra vez con lo mismo?— Resople.
—Responde.— Exigió.
—¡Pues claro!, estas guapísima y por lo que sabemos, Tom es de los tíos que no dejan escapar a una chica como tu.—
Mi respuesta fue la que ella esperaba pues sonrió orgullosa y complacida. Lo que le había dicho era cierto, Tammy era hermosa y estaba convencida de que si se lo proponía, podría conquistar a Tom sin problemas.
—Solo una cosa más, Tamm— Agregue.
—¿Mmmm?— Respondió distraída.
—Lleva cuidado con él ¿vale? bien sabes como yo sobre la fama que tiene.—
Estuvo a punto de protestar pero mi mirada severa la hizo abstenerse de cualquier comentario.
—Vale, seré cautelosa.— Aceptó al fin.
—Gracias.—
Ella sonrió. La conocía tan bien como para saber que en esa cabeza suya ya estaba maquinando varias formas de conseguir al chico que quería. No la culpaba, era su naturaleza, solo esperaba que no terminara con el corazón roto otra vez. A cuenta de ello, por cierto, se me ocurrió preguntarle sobre Taylor, su ex novio, pero preferí no hacerlo, ese era un tema que ella siempre evitaba.
Después de casi una hora ella decidió marcharse a dormir, no estaba cansada, pero decía que con los planes del día siguiente, lo menos que quería era tener ojeras bajo los ojos.
—Nos encontraremos mañana a las 9 de la mañana en el salón.— Me informó una vez que llegó hasta la puerta.
—Bien.—
—Ah, y Deka, si Bill te interesa de alguna manera, por favor no lo arruines antes de que empiece, ¿si?.— Su rostro se tornó serio.
—¡Ya lárgate, tonta!— Le chille al tiempo que le lanzaba una almohada, la cual ella esquivo sin problema.
—Te veo mañana.— Sentencio y se hecho a reír.
"Al principio haces que los chicos se mueran por ti, pero cuando quieren algo más, tu simplemente los alejas con tu comportamiento tan frió." Las palabras que Tammy me había dicho años atrás, resonaron en mi cabeza.
La primera vez que lo dijo no lo tome nada bien, habíamos discutido después de una fiesta en la que ella se había visto obligada a marcharse por mi culpa, entonces mi amiga explotó contra mi. Ella tenía razón, casi siempre la tenía cuando de mis fallidas y nada futuras relaciones con chicos se trataba. no era buena socializando, en especial con los hombres, al comienzo todo iba bien, se acercaban en plan de conquista, yo me negaba a seguir adelante y ellos se cansaban de insistir y se marchaban. en verdad deseaba enamorarme, era algo que me ilusionaba, independientemente de todo lo demás.
La primera vez que lo dijo no lo tome nada bien, habíamos discutido después de una fiesta en la que ella se había visto obligada a marcharse por mi culpa, entonces mi amiga explotó contra mi. Ella tenía razón, casi siempre la tenía cuando de mis fallidas y nada futuras relaciones con chicos se trataba. no era buena socializando, en especial con los hombres, al comienzo todo iba bien, se acercaban en plan de conquista, yo me negaba a seguir adelante y ellos se cansaban de insistir y se marchaban. en verdad deseaba enamorarme, era algo que me ilusionaba, independientemente de todo lo demás.
—Hasta mañana.—Murmure. La puerta se cerró detrás de ella y me quede en silencio, mirándome las manos unidas sobre mi regazo y pensando en que algún día mis miedos debían terminar de verdad.
Alejando todos aquellos pensamientos, tome nuevamente el ordenador y me concentre en mis actividades pendientes para la universidad. No pude concentrarme, las palabras de Tammy, aunque ya no me molestaban, si conseguían ponerme un poco nerviosa.
Decidí apagar mi portátil y levantarme de la cama, seguía sin estar cansada, así que di vueltas por la habitación, después fui hasta el balcón y me alegre al sentir el frió nocturno sobre mi cara. Entonces se me ocurrió dar un paseo por el jardín. Seguramente todos dormían, no creía que hubiese problema en querer caminar sola por ahí un rato.
Tomé el primer abrigo que encontré, uno largo y blanco, los Converse en la otra mano y deje la habitación con cautela, tratando de hacer el menor ruido posible pues si Tammy aun seguía despierta, podría escucharme y quizás querría apuntarse al paseo, yo prefería estar sola.
Baje las escaleras casi deslizándome por los fríos escalones y llegue a la puerta principal, me puse los zapatos, el abrigo y quite los seguros de la puerta con cuidado, di gracias porque no tuviese activada una alarma que terminase por arruinar mi pequeña aventura.
Al salir, nuevamente agradecí el frió y me arrebuje en la suavidad de mi Jill Stuart blanco, luego tome una piedra de buen tamaño que formaba parte de la decoración de uno de los rosales y la coloqué entre el marco y la puerta, para que esta no se cerrara.
La luz plateada de la luna iluminaba un poco el jardín, lo suficiente como para darme cuenta por donde pisaba. Solo esperaba que nadie se levantará y me descubriera deambulando sola, porque seguramente representaría una imagen extraña.
Baje las escaleras casi deslizándome por los fríos escalones y llegue a la puerta principal, me puse los zapatos, el abrigo y quite los seguros de la puerta con cuidado, di gracias porque no tuviese activada una alarma que terminase por arruinar mi pequeña aventura.
Al salir, nuevamente agradecí el frió y me arrebuje en la suavidad de mi Jill Stuart blanco, luego tome una piedra de buen tamaño que formaba parte de la decoración de uno de los rosales y la coloqué entre el marco y la puerta, para que esta no se cerrara.
La luz plateada de la luna iluminaba un poco el jardín, lo suficiente como para darme cuenta por donde pisaba. Solo esperaba que nadie se levantará y me descubriera deambulando sola, porque seguramente representaría una imagen extraña.
[ ]
Estaba
en mi habitación y no planeaba dormir aún, eran más de las 2 mientras pensaba en lo
gracioso que había resultado todo. ¿Quién me lo iba a decir?. La chica misteriosa por fin tenía nombre y de cierta manera, habíamos estado unidos
en el pasado. Todavía no podía creer lo buena que era mi suerte. Ahora entendía por que sus ojos me eran tan familiares.
Dekatherine, con sus sonrisas, su actitud y sus ojos misteriosos conseguía intrigarme aún más.
Para mi mala fortuna fue imposible hablar con ella tal y como lo deseaba, pues su amiga había insistido en acaparar toda mi atención, la chica no me era indiferente, por supuesto, era guapa, sexy y muy divertida, pero quien realmente me interesaba era Dekatherine, cada uno de sus movimientos, cada gesto, e incluso, deseaba descifrar sus pensamientos cada vez que nuestros ojos se encontraban. ¿Cuál era su percepción sobre mi?.
Dekatherine, con sus sonrisas, su actitud y sus ojos misteriosos conseguía intrigarme aún más.
Para mi mala fortuna fue imposible hablar con ella tal y como lo deseaba, pues su amiga había insistido en acaparar toda mi atención, la chica no me era indiferente, por supuesto, era guapa, sexy y muy divertida, pero quien realmente me interesaba era Dekatherine, cada uno de sus movimientos, cada gesto, e incluso, deseaba descifrar sus pensamientos cada vez que nuestros ojos se encontraban. ¿Cuál era su percepción sobre mi?.
Daba vueltas por la habitación, deseando algo, no sabía realmente el qué, así que decidí echar fuera esos pensamientos y busque mis cigarrillos y el encendedor. Salí al exterior del balcón y me dispuse a encenderlo, pero no lo hice. Una silueta a través de la tenue luz sobre el jardín llamo mi atención. Mi madre jamas salía a dar caminatas sola y a altas horas de la noche, seguramente era una de nuestras invitadas. La idea de que fuera Deka me pareció excitante.
Con ese pensamiento agudice la vista para descubrir la identidad de aquella imagen blanca, un poco de luz de luna se concentró en una melena larga y rubia, entonces supe que era ella. Una sonrisa maliciosa se formó en mi rostro.
Con ese pensamiento agudice la vista para descubrir la identidad de aquella imagen blanca, un poco de luz de luna se concentró en una melena larga y rubia, entonces supe que era ella. Una sonrisa maliciosa se formó en mi rostro.
—¿Así que te gusta deambular en la penumbra? — Murmuré. Era curioso que con el frió que hacía y con la casi oscuridad, ella eligiera ese momento para dar un paseo. Puse un acierto en mi lista mental de curiosidades encontradas en la señorita Dekatherine.
—Mas te vale no asustarte.— Dije al tiempo que me echaba a la bolsa del pantalón los cigarrillos junto al encendedor y me dirigía rumbo al jardín.
mientras me acercaba, experimentaba una extraña sensación de nerviosismo, la única ocasión en que me había sentido así, fue a los 12, cuando decidí dejar de ser virgen.
Me detuve junto a unos arbustos altos que me proporcionaban cierto anonimato, ella no se percató de mi y eso me dio algunos minutos para poder observarla. Tenía el rostro alzado hacia el cielo oscuro, los ojos cerrados y respiraba profundamente. aquel momento no duro tanto como yo hubiese querido, pues algo crujió bajo mis pies al intentar moverme sigiloso. Eso atrajo su atención, sobresaltándola, entrecerró los ojos y por fin pudo distinguirme entre la poca iluminación, ella se sorprendió.
—¿Tom? — Su rostro pálido a la luz de la luna era todo un poema.
mientras me acercaba, experimentaba una extraña sensación de nerviosismo, la única ocasión en que me había sentido así, fue a los 12, cuando decidí dejar de ser virgen.
Me detuve junto a unos arbustos altos que me proporcionaban cierto anonimato, ella no se percató de mi y eso me dio algunos minutos para poder observarla. Tenía el rostro alzado hacia el cielo oscuro, los ojos cerrados y respiraba profundamente. aquel momento no duro tanto como yo hubiese querido, pues algo crujió bajo mis pies al intentar moverme sigiloso. Eso atrajo su atención, sobresaltándola, entrecerró los ojos y por fin pudo distinguirme entre la poca iluminación, ella se sorprendió.
—¿Tom? — Su rostro pálido a la luz de la luna era todo un poema.
—Lo siento por haberte asustado.— Me disculpe, saliendo de mi ahora inútil escondite.
—¿Qué haces aquí?.—
—Lo mismo digo.—
Ella se removió en su sitio y yo la imagine con las mejillas ruborizadas, aunque con la poca luz, asegurarme de ello era prácticamente imposible.
—¿Qué haces aquí?.—
—Lo mismo digo.—
Ella se removió en su sitio y yo la imagine con las mejillas ruborizadas, aunque con la poca luz, asegurarme de ello era prácticamente imposible.
—Ah... Yo, bueno, no podía dormir y este lugar me gusta.— Respondió nerviosa, seguramente por el susto que acababa de darle.
—Te comprendo, el jardín de mi madre tiende a atraerte, incluso a mi.— El tono en que dije lo último me resulto chocante, ¿me estaba refiriendo al jardín o a ella? no lo supe con exactitud.
—Te comprendo, el jardín de mi madre tiende a atraerte, incluso a mi.— El tono en que dije lo último me resulto chocante, ¿me estaba refiriendo al jardín o a ella? no lo supe con exactitud.
—Lo comprendo, es un buen lugar.—
—¿Sueles dar muchos paseos a esta hora?— Otra vez tuve la sensación de que se puso roja por mi pregunta.
—Solo aveces.— Respondió encogiéndose de hombros. —¿Y tu?—
—Cuando estoy aquí me gusta hacerlo algunas veces.— Mentí, en realidad no lo hacia, el jardín amorosamente cuidado por mi madre, usualmente me daba igual.
Ella asintió.
—¿Te molesta si te hago compañía?— Le pregunté
Dudó un instante.
—Para nada— Sonrió.
—¿Sueles dar muchos paseos a esta hora?— Otra vez tuve la sensación de que se puso roja por mi pregunta.
—Solo aveces.— Respondió encogiéndose de hombros. —¿Y tu?—
—Cuando estoy aquí me gusta hacerlo algunas veces.— Mentí, en realidad no lo hacia, el jardín amorosamente cuidado por mi madre, usualmente me daba igual.
Ella asintió.
—¿Te molesta si te hago compañía?— Le pregunté
Dudó un instante.
—Para nada— Sonrió.
Tenía claro que mi presencia no la hacía sentir cómoda, lo notaba en sus manos inquietas, pero no estaba dispuesto a marcharme, deseaba hablar con ella y ahora que eramos, con seguridad, las únicas personas despiertas en la casa, debía aprovechar la oportunidad de conocerla un poco mas.
—La tercera vez y no hemos tropezado.—
—¿Qué.— Inquirió confundida.
—La tercera vez y no hemos tropezado.—
—¿Qué.— Inquirió confundida.
—Nuestros encuentros, las primeras dos veces prácticamente tropezamos.— En realidad era ella quien tropezaba conmigo, pero no iba a mencionarlo.
—Ah, claro. Supongo que fue doloroso para ti, fui yo quien te golpeo esas dos veces.—
Su respuesta me hizo reír con ganas, tenia sentido del humor y eso me gustaba.
—Podría decirte que un poco.— Respondí.
—Me disculpo por eso, generalmente no acostumbro ir por ahí estampandome contra la gente.— Ella se unió a mi y también rió.
—Disculpa aceptada.—
—Por cierto, he visto que Tammy y tu han congeniado muy bien.—
Su pregunta me tomo desprevenido, ¿Creía que me interesaba su amiga? Vale, me atraía un poco, pero seguía siendo Deka quien tenía toda mi atención.
Su respuesta me hizo reír con ganas, tenia sentido del humor y eso me gustaba.
—Podría decirte que un poco.— Respondí.
—Me disculpo por eso, generalmente no acostumbro ir por ahí estampandome contra la gente.— Ella se unió a mi y también rió.
—Disculpa aceptada.—
—Por cierto, he visto que Tammy y tu han congeniado muy bien.—
Su pregunta me tomo desprevenido, ¿Creía que me interesaba su amiga? Vale, me atraía un poco, pero seguía siendo Deka quien tenía toda mi atención.
—Es divertida y simpática, habla tanto o más que Bill — Esperaba que mi comentario no le resultase ofensivo. Con las mujeres casi nunca se sabia.
Para mi alivió ella sonrió de esa manera preciosa que ya comenzaba a encantarme.
—Podría ser un empate.— Respondió.
—Eso parece.— Agregue, se hizo un pequeño silencio entre los dos, el cual no me resulto incomodo.
—¿Puedo hacerte una pregunta?— Lo dije al fin, una de mis dudas que esperaba fuese respondida. Ademas, si ella podía cambiar de tema de improviso, yo también lo haría.
Para mi alivió ella sonrió de esa manera preciosa que ya comenzaba a encantarme.
—Podría ser un empate.— Respondió.
—Eso parece.— Agregue, se hizo un pequeño silencio entre los dos, el cual no me resulto incomodo.
—¿Puedo hacerte una pregunta?— Lo dije al fin, una de mis dudas que esperaba fuese respondida. Ademas, si ella podía cambiar de tema de improviso, yo también lo haría.
—Claro.— Ella entrecerró los ojos.
—La primera vez que nos vimos, te veías muy asustada, ¿Te ocurrió algo?.—
Esta vez, no tuve que imaginarme su reacción, pues la sonrisa inmediatamente abandonó su rostro.
—No tiene importancia— Respondió en tono tranquilo.
—¿De verdad?—
Asintió, luego vino de nuevo el silencio mientras caminábamos.
—Solo una cosa.— Ella se detuvo y atrajo mi mirada. —Andy no sabe nada sobre aquella noche, en realidad solo fue un problema con el auto, pero si ella lo sabe, no lo tomara bien.
—Entiendo, el síndrome de la mamá gallina.—
—¿A que te refieres?— Inquirió confundida.
—Quiero decir que si es protectora contigo—
—Creo que es una buena forma de llamarlo.— Sonrió. —Y si, Andy suele ser algo sobre protectora.—
Tuve la sensación de que esa pregunta había tocado un punto sensible, pues evitaba mi mirada y en cambio, le prestaba mas atención a nuestro alrededor. Mi duda aun seguía sin resolverse realmente, y yo no podía dejar de mirarla, me sentía como un adolescente tonto y eso no me gustaba.
—¿Que hay de los planes de mañana.— Preguntó. Otra vez cambiaba de tema.
—Ah si, el paseo. También vendrás, ¿cierto?.— Me había asegurado de que Tammy insistiera en ello, así que esperaba no tener un no por respuesta.
—La primera vez que nos vimos, te veías muy asustada, ¿Te ocurrió algo?.—
Esta vez, no tuve que imaginarme su reacción, pues la sonrisa inmediatamente abandonó su rostro.
—No tiene importancia— Respondió en tono tranquilo.
—¿De verdad?—
Asintió, luego vino de nuevo el silencio mientras caminábamos.
—Solo una cosa.— Ella se detuvo y atrajo mi mirada. —Andy no sabe nada sobre aquella noche, en realidad solo fue un problema con el auto, pero si ella lo sabe, no lo tomara bien.
—Entiendo, el síndrome de la mamá gallina.—
—¿A que te refieres?— Inquirió confundida.
—Quiero decir que si es protectora contigo—
—Creo que es una buena forma de llamarlo.— Sonrió. —Y si, Andy suele ser algo sobre protectora.—
Tuve la sensación de que esa pregunta había tocado un punto sensible, pues evitaba mi mirada y en cambio, le prestaba mas atención a nuestro alrededor. Mi duda aun seguía sin resolverse realmente, y yo no podía dejar de mirarla, me sentía como un adolescente tonto y eso no me gustaba.
—¿Que hay de los planes de mañana.— Preguntó. Otra vez cambiaba de tema.
—Ah si, el paseo. También vendrás, ¿cierto?.— Me había asegurado de que Tammy insistiera en ello, así que esperaba no tener un no por respuesta.
—Creo que es una buena idea, así que si.— .
—Bien.— Su falta de entusiasmo en su respuesta fue notoria pero no disminuyo mi alegría. — Si lo miras de esta manera, será como un recordatorio de tu antigua vida. quizás puedas recordar algún lugar que visitaste cuando eras pequeña.
—Seria divertido poder recordar un poco.— Comentó con una sonrisa melancólica.
—Se que tenías 4 años, pero ¿en verdad no recuerdas nada?—
Ella negó con la cabeza.
—En ese caso, hay mucho que mostrarte, desde hace un año que Bill y yo no venimos, pero conocemos muy bien esta ciudad. así que no te preocupes, con nosotros no vas a perderte.—
—Bien.— Su falta de entusiasmo en su respuesta fue notoria pero no disminuyo mi alegría. — Si lo miras de esta manera, será como un recordatorio de tu antigua vida. quizás puedas recordar algún lugar que visitaste cuando eras pequeña.
—Seria divertido poder recordar un poco.— Comentó con una sonrisa melancólica.
—Se que tenías 4 años, pero ¿en verdad no recuerdas nada?—
Ella negó con la cabeza.
—En ese caso, hay mucho que mostrarte, desde hace un año que Bill y yo no venimos, pero conocemos muy bien esta ciudad. así que no te preocupes, con nosotros no vas a perderte.—
—Estoy segura de ello.— dijo regalándome otra de sus sonrisas.
—Veras que lo pasaremos bien.— Le guiñe un ojos.
—Creo que es hora de que me vaya a dormir.— Anunció depronto y me sorprendió lo decepcionado que eso me hizo sentir.
—Entiendo.— Miré mi reloj, las 3:32. Era razonable que decidiera ir a la cama, a pesar de que no me agradara terminar con nuestra charla.
—Veras que lo pasaremos bien.— Le guiñe un ojos.
—Creo que es hora de que me vaya a dormir.— Anunció depronto y me sorprendió lo decepcionado que eso me hizo sentir.
—Entiendo.— Miré mi reloj, las 3:32. Era razonable que decidiera ir a la cama, a pesar de que no me agradara terminar con nuestra charla.
—Vamos, iremos juntos.— Sin darme cuenta mi mano rozó su codo, ella se tensó de inmediato pero unos segundos después recobró la compostura.
Caminamos en silencio de vuelta a casa.
—Buena idea lo de la piedra.— Comente cuando llegamos a la puerta.
—Es curioso que la casa no tenga alarmas.—
—Es un pueblo pequeño, es suficiente con la seguridad en la verja.—
—Supongo que vivir en la ciudad nos hace paranoicos.—
—Pues te puedo decir que con las fans hemos aprendido a ser cuidadosos y también un poco paranoicos.— Le dije mientras empujaba la puerta y la dejaba pasar a ella primero.
—En una ocasión en que Tammy y yo asistimos a uno de tus conciertos, fuimos testigos de esa locura.— Ella bajo un poco la voz al llegar al salón.
—¿Enserio?— Estaba detrás de ella, olía tan bien, cerré los ojos y me concentre en identificar su aroma, manzanas o fresas, no estuve seguro.
—En Los Ángeles, de hecho.— Agregó volviéndose hacia mi. Por fortuna ya no tenia los ojos cerrados cuando lo hizo, pues hubiese sido incomodo que me descubriera olfateándola.
—Buenas noches, Tom.— Comenzó a alejarse rumbo a las escaleras.
—Buenas noches, Deka, te veré mañana.— Respondí tratando de esconder mi desanimo.
—Hasta mañana.— Se despidió con una ultima sonrisa.
Me quede ahí, a mitad del salón a oscuras, viéndola desaparecer a medida que subía. Tuve la sensación de que ella solo quería escapar de mi. La prisa que mostró por volver a su habitación era prácticamente una confirmación.
Permanecí unos minutos más ahí, meditando en la oscuridad y el silenció de la casa, recreando en mi mente sus ojos bonitos, su sonrisa que a pesar de ser encantadora, también transmitía cierta tristeza. Dekatherine era una de las chicas más hermosas con las que me había topado, su rostro, su cuerpo, su precioso pelo rubio; toda ella era exquisita. Pero si lo pensaba más a fondo, había algo que me inquietaba, algo mas oculto e irreconocible que me atraía de ella. La velada había servido para descubrir que su cercanía me hacía sentir distinto en varios sentidos.
Caminamos en silencio de vuelta a casa.
—Buena idea lo de la piedra.— Comente cuando llegamos a la puerta.
—Es curioso que la casa no tenga alarmas.—
—Es un pueblo pequeño, es suficiente con la seguridad en la verja.—
—Supongo que vivir en la ciudad nos hace paranoicos.—
—Pues te puedo decir que con las fans hemos aprendido a ser cuidadosos y también un poco paranoicos.— Le dije mientras empujaba la puerta y la dejaba pasar a ella primero.
—En una ocasión en que Tammy y yo asistimos a uno de tus conciertos, fuimos testigos de esa locura.— Ella bajo un poco la voz al llegar al salón.
—¿Enserio?— Estaba detrás de ella, olía tan bien, cerré los ojos y me concentre en identificar su aroma, manzanas o fresas, no estuve seguro.
—En Los Ángeles, de hecho.— Agregó volviéndose hacia mi. Por fortuna ya no tenia los ojos cerrados cuando lo hizo, pues hubiese sido incomodo que me descubriera olfateándola.
—Buenas noches, Tom.— Comenzó a alejarse rumbo a las escaleras.
—Buenas noches, Deka, te veré mañana.— Respondí tratando de esconder mi desanimo.
—Hasta mañana.— Se despidió con una ultima sonrisa.
Me quede ahí, a mitad del salón a oscuras, viéndola desaparecer a medida que subía. Tuve la sensación de que ella solo quería escapar de mi. La prisa que mostró por volver a su habitación era prácticamente una confirmación.
Permanecí unos minutos más ahí, meditando en la oscuridad y el silenció de la casa, recreando en mi mente sus ojos bonitos, su sonrisa que a pesar de ser encantadora, también transmitía cierta tristeza. Dekatherine era una de las chicas más hermosas con las que me había topado, su rostro, su cuerpo, su precioso pelo rubio; toda ella era exquisita. Pero si lo pensaba más a fondo, había algo que me inquietaba, algo mas oculto e irreconocible que me atraía de ella. La velada había servido para descubrir que su cercanía me hacía sentir distinto en varios sentidos.
Con ese ultimo pensamiento decidí ir a mi habitación. Seguramente solo eran ideas mías, mañana todo eso habría pasado y cuando descifrara por completo a la chica rubia de ojos verdes, mi interés por ella se desvanecería, como siempre ocurría con las mujeres que me gustaban.
[ ]
—¡Deka! — Escuche que alguien chillaba justo a mi lado. Decidí ignorarlo.
—¡Dekatherine Burkhard, levanta ese trasero de una buena vez!—
—Déjame dormir— Proteste.
—¡Ah no! son las 9:30. Solo tienes treinta minutos para estar presentable. — Hizo a un lado el edredón.
—Tammy...—
—Treinta minutos, y que sepas que estoy disfrutando ser yo quien te joda por una vez en la mañana.— Su tono de voz autoritario me irritaba, de hecho todo me molestaba cuando me despertaban así.
—Tammy...—
—Treinta minutos, y que sepas que estoy disfrutando ser yo quien te joda por una vez en la mañana.— Su tono de voz autoritario me irritaba, de hecho todo me molestaba cuando me despertaban así.
—¿A caso anoche lograste dormir al fin?—
—¿A caso tu no?— Increpó. Los papeles se invertían en esta ocasión y ella no dejaría pasar este momento para comportarse como una pesada. Para mi desgracia, tenia algo de razón, casi no había dormido pues el rostro de Tom en mis sueños me había despertado varias veces.
—¿Me obligaras a arrastrarte fuera de la cama?— Amenazó y no tuve duda de que era capaz de hacerlo.
—Vale, ya me levanto.— Salte fuera de la comodidad de mis sabanas y aun sintiéndome aturdida fui hasta el cuatro de baño.
—¿A caso tu no?— Increpó. Los papeles se invertían en esta ocasión y ella no dejaría pasar este momento para comportarse como una pesada. Para mi desgracia, tenia algo de razón, casi no había dormido pues el rostro de Tom en mis sueños me había despertado varias veces.
—¿Me obligaras a arrastrarte fuera de la cama?— Amenazó y no tuve duda de que era capaz de hacerlo.
—Vale, ya me levanto.— Salte fuera de la comodidad de mis sabanas y aun sintiéndome aturdida fui hasta el cuatro de baño.
—Bien, te veo en el salón en menos de treinta, o subiré a buscarte.— Una vez que lanzo su segunda amenaza fue en dirección a la puerta.
Me volví con cara de pocos amigos enseñándole la lengua y ella me guiñó un ojo Cuando se trataba de ser mandona, ella era la peor. Quise vengarme.
—Pues anoche, después de que te fuiste, vi a Tom.— Casí al instante de decirlo me arrepentí.
—¿Qué? — Se detuvo en seco y se dio la vuelta.
No supe que decir. Me odie a mi misma por sacar ese tema. ¿Por qué rayos lo había hecho? Ella no lo dejaría estar.
—No importa.— Le reste importancia.
—Ahora me respondes.— Ella se planto frente a mi con imposición
—No podía dormir así que di un paseo por el jardín, el estaba ahí.— En realidad no estaba segura de como había aparecido, pero no pretendía entrar en detalles.
—¿Un paseo en plena madrugada?— Me miró extrañada.
No se por que te sorprendes, dices que hago cosas raras casi todo el tiempo.
—¿Qué hay de Tom, de que hablaron?—
En verdad que me arrepentía de haberlo mencionado.
—Del clima, de nuestro paseo de hoy. Yo que se, cosas sin importancia.—Prefería no hablar sobre que también mencione su nombre en esa charla, ya tenia suficientes problemas por abrir la boca.
—¿Solo eso?— Inquirió entrecerrando los ojos.
—Si, Tammy, solo fue eso, no hablamos mas de cinco minutos, después volví a la habitación. —Mentí un poco.
—Y...—
—Tamm, necesito usar el baño, y me quedan menos de treinta minutos para estar lista.— Ella reparó en que era cierto, así que regañadientes se dio por vencida.
—Esta bien, date prisa.— Aceptó, salió del cuarto de baño y segundos después escuche la puerta de la habitación cerrándose. Suspiré agradecida.
Me di una ducha rápida, me seque el pelo y elegí una falda denim color azul con botones al frente, un jersey blanco con estampado de palmeras y las Converse. No me quedaba tiempo para hacer algo con mi pelo, así que lo cepille lo mas rápido que pude y baje al salón, donde Tammy, Bill y Tom ya me esperaban.
Mi amiga tenía cara de desesperación, seguramente me había tomado mas de treinta minutos estar lista Mis ojos se encontraron con los de Bill y los dos sonreímos. Quise evitar ver a Tom a la cara pero me fue imposible.
No supe que decir. Me odie a mi misma por sacar ese tema. ¿Por qué rayos lo había hecho? Ella no lo dejaría estar.
—No importa.— Le reste importancia.
—Ahora me respondes.— Ella se planto frente a mi con imposición
—No podía dormir así que di un paseo por el jardín, el estaba ahí.— En realidad no estaba segura de como había aparecido, pero no pretendía entrar en detalles.
—¿Un paseo en plena madrugada?— Me miró extrañada.
No se por que te sorprendes, dices que hago cosas raras casi todo el tiempo.
—¿Qué hay de Tom, de que hablaron?—
En verdad que me arrepentía de haberlo mencionado.
—Del clima, de nuestro paseo de hoy. Yo que se, cosas sin importancia.—Prefería no hablar sobre que también mencione su nombre en esa charla, ya tenia suficientes problemas por abrir la boca.
—¿Solo eso?— Inquirió entrecerrando los ojos.
—Si, Tammy, solo fue eso, no hablamos mas de cinco minutos, después volví a la habitación. —Mentí un poco.
—Y...—
—Tamm, necesito usar el baño, y me quedan menos de treinta minutos para estar lista.— Ella reparó en que era cierto, así que regañadientes se dio por vencida.
—Esta bien, date prisa.— Aceptó, salió del cuarto de baño y segundos después escuche la puerta de la habitación cerrándose. Suspiré agradecida.
Me di una ducha rápida, me seque el pelo y elegí una falda denim color azul con botones al frente, un jersey blanco con estampado de palmeras y las Converse. No me quedaba tiempo para hacer algo con mi pelo, así que lo cepille lo mas rápido que pude y baje al salón, donde Tammy, Bill y Tom ya me esperaban.
Mi amiga tenía cara de desesperación, seguramente me había tomado mas de treinta minutos estar lista Mis ojos se encontraron con los de Bill y los dos sonreímos. Quise evitar ver a Tom a la cara pero me fue imposible.
—Bonito jersey— Comentó.
—Gracias.— Le sonreí. Aunque por su tono, no estuve convencida si solo se refería a mi ropa. Él me desconcertaba.
—Gracias.— Le sonreí. Aunque por su tono, no estuve convencida si solo se refería a mi ropa. Él me desconcertaba.
Gordon eligió ese momento para hacer acto de presencia y nos miró alegre.
—¿Se van ya?.— Preguntó.
—De hecho, si.— Tammy habló, Tomó el brazo de Tom y tiró ligeramente de él, indicando con ello que debíamos ponernos en marcha.
—Te veremos luego.— Agregó Tom, él asintió y se despidió agitando una mano mientras abandonábamos la casa.
—¡Que se diviertan!.— Le oí gritar antes de que la puerta se cerrara detrás de nosotros.
—¿Tu madre no esta en casa?.— Le pregunte a Bill.
—Esta encargándose de los últimos detalles de la boda, Andy esta con ella, por cierto.—
—Me sorprendería si no.— Comente, lo cual le hizo sonreír.
—A Gordon se le ve muy tranquilo, siendo que mañana es la boda.— Argumento mi amiga.
—Es el novio, siempre he pensado que son las mujeres quienes pierden la cabeza en eventos como este.— Dijo Tom,
—Hombres.— Suspiró Tamm.
—Pues si se tratara de mi boda, también estaría nervioso, no por las razones que preocupan a las mujeres, como el vestido o la fiesta, creo que sería por el motivo real en si. Casarse.— Rectificó Bill.
—¿Incluso si has compartido doce años de tu vida con esa persona?— Inquirió Tom, prestandole atención a su hermano.
—Incluso así.— Concluyo él.
Busque su mirada y con una sonrisa le hice saber que yo estaba de acuerdo con él.
También me percate en que Tom me miraba de una manera intensa que resultaba incomoda. mire hacia otro lado e intente ignorar su interés.
Los gemelos nos guiaron hasta una Land Rover color blanco, Tammy ocupo el asiento del copiloto junto a Tom, mientras que Bill y yo nos acomodamos en el asiento trasero.
—¿Se van ya?.— Preguntó.
—De hecho, si.— Tammy habló, Tomó el brazo de Tom y tiró ligeramente de él, indicando con ello que debíamos ponernos en marcha.
—Te veremos luego.— Agregó Tom, él asintió y se despidió agitando una mano mientras abandonábamos la casa.
—¡Que se diviertan!.— Le oí gritar antes de que la puerta se cerrara detrás de nosotros.
—¿Tu madre no esta en casa?.— Le pregunte a Bill.
—Esta encargándose de los últimos detalles de la boda, Andy esta con ella, por cierto.—
—Me sorprendería si no.— Comente, lo cual le hizo sonreír.
—A Gordon se le ve muy tranquilo, siendo que mañana es la boda.— Argumento mi amiga.
—Es el novio, siempre he pensado que son las mujeres quienes pierden la cabeza en eventos como este.— Dijo Tom,
—Hombres.— Suspiró Tamm.
—Pues si se tratara de mi boda, también estaría nervioso, no por las razones que preocupan a las mujeres, como el vestido o la fiesta, creo que sería por el motivo real en si. Casarse.— Rectificó Bill.
—¿Incluso si has compartido doce años de tu vida con esa persona?— Inquirió Tom, prestandole atención a su hermano.
—Incluso así.— Concluyo él.
Busque su mirada y con una sonrisa le hice saber que yo estaba de acuerdo con él.
También me percate en que Tom me miraba de una manera intensa que resultaba incomoda. mire hacia otro lado e intente ignorar su interés.
Los gemelos nos guiaron hasta una Land Rover color blanco, Tammy ocupo el asiento del copiloto junto a Tom, mientras que Bill y yo nos acomodamos en el asiento trasero.
—¿Qué haremos primero.— Preguntó Bill, una vez que todos nos ajustamos el cinturón de seguridad.
—¿Qué tal el restaurante Melange, primero hay que tomar el desayuno.— Apuntó Tom.
—Buena idea, muero de hambre.— Le respondió Tammy. El asintió sonriente. parecía como si toda esa atención que Tmmy le dedicaba le fascinara en lugar de molestarle.
—Tal para cual.— Prensé.
Tom se puso en marcha mientras charlaban sobre los lugares que visitaríamos. Sabía que lo mejor era unirme a ellos, pero me apetecía mas guardar silencio y concentrarme en el paisaje del camino. La gente encontraba esa actitud mía un tanto antipática.
—¿Que hay sobre ser reconocidos?—Quiso saber Tammy cuando llegamos al pequeño restaurante.
—Tenemos algunos trucos.— Le respondió Bill que muy caballerosamente mantuvo la puerta del auto abierta mientras yo me apeara.
—¿Como disfrazarse?— Agregue.
Los gemelos se miraron y rieron.
—¿Entramos?— Dijo Bill.
El interior del lugar era mucho mejor, con un encanto bohemio de ventanas grandes que dejaban entrar la luz del día.
Nuestra llegada llamo la atención de la mayoría de los comensales. Algunos rostros se iluminaron al reconocer a los gemelos, pero ellos no lucían preocupados por eso. Yo en cambio, observe la escena y se me antojó sacada de una película de comedia. Los mas jóvenes y algunos que tenían aspecto de turistas, comenzaron a hablar entre si, otros hacían fotos con sus teléfonos.
Una camarero se acerco y nos dio la bienvenida.
—Por aquí, por favor.— Nos indicó con un ademan.
El hombre nos guió hacia un segundo piso y una vez ahí, di gracias por ya no ser la comidilla de la gente.
—¿Qué tal el restaurante Melange, primero hay que tomar el desayuno.— Apuntó Tom.
—Buena idea, muero de hambre.— Le respondió Tammy. El asintió sonriente. parecía como si toda esa atención que Tmmy le dedicaba le fascinara en lugar de molestarle.
—Tal para cual.— Prensé.
Tom se puso en marcha mientras charlaban sobre los lugares que visitaríamos. Sabía que lo mejor era unirme a ellos, pero me apetecía mas guardar silencio y concentrarme en el paisaje del camino. La gente encontraba esa actitud mía un tanto antipática.
—¿Que hay sobre ser reconocidos?—Quiso saber Tammy cuando llegamos al pequeño restaurante.
—Tenemos algunos trucos.— Le respondió Bill que muy caballerosamente mantuvo la puerta del auto abierta mientras yo me apeara.
—¿Como disfrazarse?— Agregue.
Los gemelos se miraron y rieron.
—¿Entramos?— Dijo Bill.
El interior del lugar era mucho mejor, con un encanto bohemio de ventanas grandes que dejaban entrar la luz del día.
Nuestra llegada llamo la atención de la mayoría de los comensales. Algunos rostros se iluminaron al reconocer a los gemelos, pero ellos no lucían preocupados por eso. Yo en cambio, observe la escena y se me antojó sacada de una película de comedia. Los mas jóvenes y algunos que tenían aspecto de turistas, comenzaron a hablar entre si, otros hacían fotos con sus teléfonos.
Una camarero se acerco y nos dio la bienvenida.
—Por aquí, por favor.— Nos indicó con un ademan.
El hombre nos guió hacia un segundo piso y una vez ahí, di gracias por ya no ser la comidilla de la gente.
—Esta mañana tendremos este piso solo para nosotros — Anunció Bill mientras cada uno ocupaba su lugar en
la mesa.
—Ah.— Fue mi respuesta, aunque mas bien pareció un quejido.
—¡Es emocionante!. Ser famoso te da unos privilegios de la hostia.— Tammy sonreía de oreja a oreja y miró a Tom, que estaba a su lado.
—Ah.— Fue mi respuesta, aunque mas bien pareció un quejido.
—¡Es emocionante!. Ser famoso te da unos privilegios de la hostia.— Tammy sonreía de oreja a oreja y miró a Tom, que estaba a su lado.
—Puede que este sea solo un pueblo, pero también aquí tienen Internet. — Agregó él. —Es mucho mejor comer sin ser fotografiado o molestado en el proceso.
Recordé la escena que acababa de ver y le creí.
Me di cuenta que moría de hambre cuando dos camareros trajeron nuestras ordenes. Había elegido los huevos con beicon, café, un croissant y un poco de fruta. Todo estaba delicioso y tuve que reprimir mis ganas de devorarlo todo enseguida. Tammy, que no estaba tan interesada con la comida, decidió tomar lo mismo que yo, mientras los gemelos optaron por panqueueques, fruta y café.
durante el desayuno hablamos sobre la boda, de Simone, que junto con mi tía mantenían todos los preparativos bajo control. Así como de su familia, los cuales asistirían y esperaban presentarnos.
Recordé la escena que acababa de ver y le creí.
Me di cuenta que moría de hambre cuando dos camareros trajeron nuestras ordenes. Había elegido los huevos con beicon, café, un croissant y un poco de fruta. Todo estaba delicioso y tuve que reprimir mis ganas de devorarlo todo enseguida. Tammy, que no estaba tan interesada con la comida, decidió tomar lo mismo que yo, mientras los gemelos optaron por panqueueques, fruta y café.
durante el desayuno hablamos sobre la boda, de Simone, que junto con mi tía mantenían todos los preparativos bajo control. Así como de su familia, los cuales asistirían y esperaban presentarnos.
Me agradaba mucho mas hablar con Bill que con su hermano. Pues Tom, cuando conversaba conmigo, lo hacía de una manera que me provocaba incomodidad. Incluso cuando posaba sus ojos sobre mi, sentía escalofríos.
Hora y media después abandonamos el restaurante. el camarero nos informó que un pequeño grupo de aficionadas se había formado a la entrada del local, así que nos guió hacia una salida de servicio. Me sorprendió ver que la Land Rover ya nos esperaba cuando salimos al exterior. Por supuesto no pregunte como lo habían hecho.
Nuestro siguiente destino fue la ciudad, llegar hasta ahí nos llevo más de cuarenta minutos. Tom condujo a travez de las calles mientras comentaba sobre sus lugares favoritos para visitar. Entre ellos, bares y discotecas.
—Detente aquí. — Pidió Tammy. Estuve a punto de protestar pero tuve que tragarme mis palabras cuando Bill también mostró interés por se centro comercial. Suspire.
El deporte favorito de Tamm eran las compras con lo cual solia tomarse su tiempo entre tienda y tienda. Algo que me veía forzada a tolerar.
Una vez dentro del edificio lleno de locales lujosos, trate de resignarme. Odiaba las compras.
—Yo esperaré aqui.— Dije situándome cerca de una jardinera. Las plantas de hojas grandes me proporcionarían un poco de privacidad.
—¿Es enserio?— Tammy se mostró inconforme con mi decisión. Yo asentí.
—Yo le haré compañía.— Tom se puso a mi lado.
Tammy dudó y Bill miró a su hermano.
—No es necesario, puedo esperar sola.—
—Tampoco me gustan las compras.— Informo con un gesto cómplice.
Bill estuvo a punto de decir algo, pero se vió interrumpido por Tammy que le rodeó el brazo con el suyo.
—En ese casi, seremos solo tu y yo.— Mi amiga no espero su respuesta y tiró de él hacia la primera tienda.
—Supongo que estará bien. ¿no?. Tammy tiende a ser un poco pesada con las compras.— Le dije a Tom una vez que se marcharon.
—No pasa nada. parecen muy compatibles en ese sentido.— Respondió al tiempo que los veía desaparecer. Un instante después dirigió toda su atención hacia mi.
Hora y media después abandonamos el restaurante. el camarero nos informó que un pequeño grupo de aficionadas se había formado a la entrada del local, así que nos guió hacia una salida de servicio. Me sorprendió ver que la Land Rover ya nos esperaba cuando salimos al exterior. Por supuesto no pregunte como lo habían hecho.
Nuestro siguiente destino fue la ciudad, llegar hasta ahí nos llevo más de cuarenta minutos. Tom condujo a travez de las calles mientras comentaba sobre sus lugares favoritos para visitar. Entre ellos, bares y discotecas.
—Detente aquí. — Pidió Tammy. Estuve a punto de protestar pero tuve que tragarme mis palabras cuando Bill también mostró interés por se centro comercial. Suspire.
El deporte favorito de Tamm eran las compras con lo cual solia tomarse su tiempo entre tienda y tienda. Algo que me veía forzada a tolerar.
Una vez dentro del edificio lleno de locales lujosos, trate de resignarme. Odiaba las compras.
—Yo esperaré aqui.— Dije situándome cerca de una jardinera. Las plantas de hojas grandes me proporcionarían un poco de privacidad.
—¿Es enserio?— Tammy se mostró inconforme con mi decisión. Yo asentí.
—Yo le haré compañía.— Tom se puso a mi lado.
Tammy dudó y Bill miró a su hermano.
—No es necesario, puedo esperar sola.—
—Tampoco me gustan las compras.— Informo con un gesto cómplice.
Bill estuvo a punto de decir algo, pero se vió interrumpido por Tammy que le rodeó el brazo con el suyo.
—En ese casi, seremos solo tu y yo.— Mi amiga no espero su respuesta y tiró de él hacia la primera tienda.
—Supongo que estará bien. ¿no?. Tammy tiende a ser un poco pesada con las compras.— Le dije a Tom una vez que se marcharon.
—No pasa nada. parecen muy compatibles en ese sentido.— Respondió al tiempo que los veía desaparecer. Un instante después dirigió toda su atención hacia mi.
[ ]
—Y dime, Deka, que ha sido de ti todos estos años. — Le pregunte una vez que nos quedamos solos.
—Estudiar, básicamente.— Respondió de manera escueta.
—Estudiar, básicamente.— Respondió de manera escueta.
—¿Desde cuando eres amiga de Tammy?.— Quise saber, era algo que me parecía curioso pues tenían personalidades tan opuestas.
—Cuatro años, creo.—
—Se llevan muy bien para ser distintas.—
—¿Exactamente a que te refieres?— Otra vez ese tic nervioso con las manos.
—Me refiero a que ella es una chica, podría decirse que muy liberal, mientras que tu eres, bueno, mas reservada.—
Estudie su rostro en busca de alguna reacción que indicara si mi comentario le había molestado, pero no hallé nada.
—Es como si fuese mi hermana, aveces deseo ahorcarla, por supuesto. Pero no pienso que nuestras personalidades sean un problema, supongo que es lo mismo que ocurre con tu hermano, incluso siendo gemelos, tiene personalidades distintas.—
Y ahí estaba ella, dándome cátedra de algo tan cierto como obvio.
—Buen punto.— Respondí.
Se hizo el silencio entre los dos, cosa que no resultaba desagradable, al menos para mi.
—¿Andy no tuvo hijos?— Lance mi siguiente pregunta.
—No, solo me tiene a mi.—
—¿Y recuerdas a tus padres?—
—No en realidad. para mi, Andy es mi madre.—
—Entiendo.—
—Debe ser genial tener un gemelo.— Comentó, lo cual me agrado que mencionara.
—Lo es— Sonreí.
—¿Pero por qué no tienen más hermano?—
Esa fue una pregunta interesante y que, curiosamente, pocas veces nos hacían a Bill y a mi.
—Mi madre decidió no tener mas hijos, y pienso que fue lo mejor.—
—¿Por qué?— Su gesto de curiosidad me pareció tan adorable.
—Mi hermano y yo somos inseparables, nuestra conexión es algo que no muchos entienden, supongo que para un hermano o hermana habría sido un poco difícil de llevar.—
—¿Tu crees?.—
—Lo imagino así.— Me encogí de hombros.— Bill y yo no hablamos de eso, estamos tan bien siendo solo los dos, que jamas nos hemos planteado la idea de tener otro hermano.
—¿Y que hay de Andreas?— Pregunto, lo cual me hizo sonreír. Me intrigaba cuanto sabia sobre mi y lo poco que yo conocía de ella.
—Eso es distinto.—
—¿Por qué?— Vaya con la señorita preguntona. Al menos ya no parecía nerviosa.
—Porque no es nuestro hermano, es nuestro mejor amigo.—
—Ya, a mi me parece que es igual.— Su comentario en tono serio me hizo reír.
—¿Tienes novio?— La pregunta la hice sin pensar, no me arrepentí de ello, era algo que quería saber.
—No.— Su respuesta vino acompañada de un sonrojo.
—Pero no dudo en que tienes una larga fila de pretendientes.—
—Supongo— Se encogió de hombros y sus mejillas se tornaron aun mas rojas.
Decidí parar con mi tortura y me entretuve observando a mi alrededor.
—¡Listo!—Exclamó Tammy que apareció en ese momento.
En una mano llevaba unas cuantas bolsas de compras con nombres de marcas reconocidas impresas en ellas. Mi hermano estaba a su lado, llevaba dos más de DSquared2 y supe que eran suyas pues esa era una de sus marcas favoritas.
—Eso ha sido rápido— Comentó Deka.
—Hoy no es de esos días, tranquila.— Le respondió su amiga.
—Bien, larguémonos de aquí.— Los apremié.
Bill Y Tammy tomaron la delantera y nosotros le seguimos. Entonces fuimos interceptados por algunas fans. Bill y yo les proporcionamos autógrafos y fotos, pero no se en que momento todo se salio de control. La cantidad de personas se multiplicó enseguida y se convirtió en algo realmente incomodo. Miré Tammy y a Deka, la primera parecía disfrutarlo, la segunda no. Tenia los ojos muy abiertos y el rostro contrariado.
Para nuestra desgracia, mas fans se sumaron así que me abrí camino entre la multitud. seguido de Bill y las chicas.
A esas alturas y con el jaleo era ya difícil mantener la sonrisa. Aquella jardinera había hecho un buen trabajo manteniendonos ocultos por un rato.
El espació era cada vez mas estrecho a medida que caminábamos y mire una vez mas a Deka, ahora estaba asustada de verdad. La ola de gente presiono con mas fuerza y ella prácticamente fue arrojada fuera de mi alcance.
Volví sobre mis pasos, sin importarme a quien golpeaba, lo único que me interesaba en aquel momento era tomar la mano de Deka y sacarla de ahí. Lo cual, con un poco de esfuerzo, logre llevar a cabo.
El personal de seguridad por fin hizo acto de presencia y vinieron en nuestra ayuda. Cubrí a Deka con mi cuerpo y nuevamente me deslicé entre la gente con ella pegada a mi cuerpo.
Una vez libres, nos dirigimos a toda prisa al aparcamiento y no solté a Deka hasta que estuvimos dentro del auto. Esta vez fue Bill quien condujo.
—Cuatro años, creo.—
—Se llevan muy bien para ser distintas.—
—¿Exactamente a que te refieres?— Otra vez ese tic nervioso con las manos.
—Me refiero a que ella es una chica, podría decirse que muy liberal, mientras que tu eres, bueno, mas reservada.—
Estudie su rostro en busca de alguna reacción que indicara si mi comentario le había molestado, pero no hallé nada.
—Es como si fuese mi hermana, aveces deseo ahorcarla, por supuesto. Pero no pienso que nuestras personalidades sean un problema, supongo que es lo mismo que ocurre con tu hermano, incluso siendo gemelos, tiene personalidades distintas.—
Y ahí estaba ella, dándome cátedra de algo tan cierto como obvio.
—Buen punto.— Respondí.
Se hizo el silencio entre los dos, cosa que no resultaba desagradable, al menos para mi.
—¿Andy no tuvo hijos?— Lance mi siguiente pregunta.
—No, solo me tiene a mi.—
—¿Y recuerdas a tus padres?—
—No en realidad. para mi, Andy es mi madre.—
—Entiendo.—
—Debe ser genial tener un gemelo.— Comentó, lo cual me agrado que mencionara.
—Lo es— Sonreí.
—¿Pero por qué no tienen más hermano?—
Esa fue una pregunta interesante y que, curiosamente, pocas veces nos hacían a Bill y a mi.
—Mi madre decidió no tener mas hijos, y pienso que fue lo mejor.—
—¿Por qué?— Su gesto de curiosidad me pareció tan adorable.
—Mi hermano y yo somos inseparables, nuestra conexión es algo que no muchos entienden, supongo que para un hermano o hermana habría sido un poco difícil de llevar.—
—¿Tu crees?.—
—Lo imagino así.— Me encogí de hombros.— Bill y yo no hablamos de eso, estamos tan bien siendo solo los dos, que jamas nos hemos planteado la idea de tener otro hermano.
—¿Y que hay de Andreas?— Pregunto, lo cual me hizo sonreír. Me intrigaba cuanto sabia sobre mi y lo poco que yo conocía de ella.
—Eso es distinto.—
—¿Por qué?— Vaya con la señorita preguntona. Al menos ya no parecía nerviosa.
—Porque no es nuestro hermano, es nuestro mejor amigo.—
—Ya, a mi me parece que es igual.— Su comentario en tono serio me hizo reír.
—¿Tienes novio?— La pregunta la hice sin pensar, no me arrepentí de ello, era algo que quería saber.
—No.— Su respuesta vino acompañada de un sonrojo.
—Pero no dudo en que tienes una larga fila de pretendientes.—
—Supongo— Se encogió de hombros y sus mejillas se tornaron aun mas rojas.
Decidí parar con mi tortura y me entretuve observando a mi alrededor.
—¡Listo!—Exclamó Tammy que apareció en ese momento.
En una mano llevaba unas cuantas bolsas de compras con nombres de marcas reconocidas impresas en ellas. Mi hermano estaba a su lado, llevaba dos más de DSquared2 y supe que eran suyas pues esa era una de sus marcas favoritas.
—Eso ha sido rápido— Comentó Deka.
—Hoy no es de esos días, tranquila.— Le respondió su amiga.
—Bien, larguémonos de aquí.— Los apremié.
Bill Y Tammy tomaron la delantera y nosotros le seguimos. Entonces fuimos interceptados por algunas fans. Bill y yo les proporcionamos autógrafos y fotos, pero no se en que momento todo se salio de control. La cantidad de personas se multiplicó enseguida y se convirtió en algo realmente incomodo. Miré Tammy y a Deka, la primera parecía disfrutarlo, la segunda no. Tenia los ojos muy abiertos y el rostro contrariado.
Para nuestra desgracia, mas fans se sumaron así que me abrí camino entre la multitud. seguido de Bill y las chicas.
A esas alturas y con el jaleo era ya difícil mantener la sonrisa. Aquella jardinera había hecho un buen trabajo manteniendonos ocultos por un rato.
El espació era cada vez mas estrecho a medida que caminábamos y mire una vez mas a Deka, ahora estaba asustada de verdad. La ola de gente presiono con mas fuerza y ella prácticamente fue arrojada fuera de mi alcance.
Volví sobre mis pasos, sin importarme a quien golpeaba, lo único que me interesaba en aquel momento era tomar la mano de Deka y sacarla de ahí. Lo cual, con un poco de esfuerzo, logre llevar a cabo.
El personal de seguridad por fin hizo acto de presencia y vinieron en nuestra ayuda. Cubrí a Deka con mi cuerpo y nuevamente me deslicé entre la gente con ella pegada a mi cuerpo.
Una vez libres, nos dirigimos a toda prisa al aparcamiento y no solté a Deka hasta que estuvimos dentro del auto. Esta vez fue Bill quien condujo.
—¿Están bien? — pregunto mi
hermano una vez que abandonamos el edificio.
—Si, ¡vaya que eso ha sido alucinante!. — Exclamó Tammy. Sin duda esa chica estaba hecha para la fama. En cambio su amiga...
—¿Te encuentras bien, Deka?— Le pregunte, estaba tan silenciosa sentada a mi lado y miraba por la ventanilla mientras su pecho subía y bajaba.
—Si, estoy bien —respondió con la sonrisa mas fingida que le haya visto nunca, estaba tan pálida que temía que fuera a desmayarse.
—Lo siento, no pensamos en que esto podría pasar.— Bill se disculpo por los dos.
—¿Bromeas?, he vivido en primera plana lo que las celebridades viven cada día, incluso podría escribir un libro con eso.— Tammy se lo pasaba en grande. ¿A caso no se daba cuenta de lo mal que resultaba para Deka, que clase de amiga era?
—En realidad no es muy agradable.—Comente y entonces me di cuenta de que me sentía molesto con Tammy.
—¿Cómo pueden lidiar con esto?— Por fin Deka habló por si sola, se le veía mas tranquila, lo cual fue un alivio para mi. Su piel ya recuperaba ese tono sonrosado que tanto me gustaba.
—Lo siento, no pensamos en que esto podría pasar.— Bill se disculpo por los dos.
—¿Bromeas?, he vivido en primera plana lo que las celebridades viven cada día, incluso podría escribir un libro con eso.— Tammy se lo pasaba en grande. ¿A caso no se daba cuenta de lo mal que resultaba para Deka, que clase de amiga era?
—En realidad no es muy agradable.—Comente y entonces me di cuenta de que me sentía molesto con Tammy.
—¿Cómo pueden lidiar con esto?— Por fin Deka habló por si sola, se le veía mas tranquila, lo cual fue un alivio para mi. Su piel ya recuperaba ese tono sonrosado que tanto me gustaba.
—Es la razón de que tengamos un equipo de seguridad, el cual nos hubiese facilitado las cosas hoy— Alcé la vista y me encontré con los ojos de mi hermano que me taladraban a través del espejo retrovisor.
Él tenía toda la razón. Yo había insistido en que no necesitaríamos seguridad en todo el fin de semana, que equivocado estaba.
—Basta de dramas, aquí no ha pasado nada. ¿Podemos seguir con nuestro paseo?— Dijo Tammy.
—Estoy de acuerdo.— Agregó Deka, sorprendiéndome con su repentino buen humor. Un momento atrás estaba aterrada y se esforzaba por recuperarse, ahora actuaba igual que Tammy, toda ella sonrisas. En verdad que no entendía a las mujeres, en especial a la que tenía a mi lado.
Él tenía toda la razón. Yo había insistido en que no necesitaríamos seguridad en todo el fin de semana, que equivocado estaba.
—Basta de dramas, aquí no ha pasado nada. ¿Podemos seguir con nuestro paseo?— Dijo Tammy.
—Estoy de acuerdo.— Agregó Deka, sorprendiéndome con su repentino buen humor. Un momento atrás estaba aterrada y se esforzaba por recuperarse, ahora actuaba igual que Tammy, toda ella sonrisas. En verdad que no entendía a las mujeres, en especial a la que tenía a mi lado.
[ ]
El resto de la tarde la dedicamos a explorar la ciudad de Magdeburgo, la mayor parte del tiempo dentro del auto para evitar algún otro contratiempo.
Me alegraba que el tema de las fans quedara atrás, pues recordarme a mi misma tan asustada en presencia de los Kaulitz me avergonzaba.
Tammy era la copiloto de Bill y juntos llevaban el ritmo de la conversación. Tom estaba a mi lado, y la manera en que me miraba no me gustaba. Vale, me había aterrado lo ocurrido en el centro comercial, pero eso era todo, lo menos que quería era tener la atención sobre mi. en especial la de él.
Me alegraba que el tema de las fans quedara atrás, pues recordarme a mi misma tan asustada en presencia de los Kaulitz me avergonzaba.
Tammy era la copiloto de Bill y juntos llevaban el ritmo de la conversación. Tom estaba a mi lado, y la manera en que me miraba no me gustaba. Vale, me había aterrado lo ocurrido en el centro comercial, pero eso era todo, lo menos que quería era tener la atención sobre mi. en especial la de él.
—¿Pueden ver aquel club? —Inquirió Bill, señalando un local que tenia un enorme letrero en que se podía leer Club Mokai con letra gráfica y elegante.
—Si — Tammy y yo respondimos al mismo tiempo.
—Ahí fue donde Tom y yo nos presentamos por primera vez.—
—¿De verdad? — pregunte
sorprendida. Bill conducía el auto a una velocidad lenta, con lo cual podía estudiar la fachada del lugar con mas detalle.
—Teníamos 10 o 11 años, y fue aquí también donde conocimos a Gustav y Georg.— Agregó Tom.
—Por supuesto que en aquella época tenia un aspecto mucho mas descuidado y era concurrido por dos o tres personas. Siempre creímos que lo cerrarían.— Nos informó Bill.
— ¿Y que tal fue esa primera noche?.— Quise saber.
—Nuestro estilo no era del agrado de su publico.—
—Era un lugar para tíos cuarentones que solo iban por cerveza.— Argumento Tom.
—Los adultos no creían que un par de niños tuviesen un concepto valido de la vida.— Recito Tammy, lo cual atrajo la atención de los hermanos.
—Exacto— Bill sonrió.
—Tengo una idea.— Agregó. —¿Qué les parece echar un vistazo en el sitio de la boda?
—¿Eso es posible?— Inquirió Tamm.
—Claro, no hay problema, y estoy casi seguro de que nos encontraremos con Andy y mi madre.— Respondió Tom.
—Genial, vamos.— Acepte.
No nos llevo mucho tiempo llegar a un hotel enorme y lujoso, con jardines impresionantes y muy bien cuidados. Llegamos a la recepción en donde Bill pidió indicaciones para llegar. Fue una chica del personal muy amable y que claramente reconoció a los Kaulitz quien nos guió hasta el recinto.
—Por supuesto que en aquella época tenia un aspecto mucho mas descuidado y era concurrido por dos o tres personas. Siempre creímos que lo cerrarían.— Nos informó Bill.
— ¿Y que tal fue esa primera noche?.— Quise saber.
—Nuestro estilo no era del agrado de su publico.—
—Era un lugar para tíos cuarentones que solo iban por cerveza.— Argumento Tom.
—Los adultos no creían que un par de niños tuviesen un concepto valido de la vida.— Recito Tammy, lo cual atrajo la atención de los hermanos.
—Exacto— Bill sonrió.
—Tengo una idea.— Agregó. —¿Qué les parece echar un vistazo en el sitio de la boda?
—¿Eso es posible?— Inquirió Tamm.
—Claro, no hay problema, y estoy casi seguro de que nos encontraremos con Andy y mi madre.— Respondió Tom.
—Genial, vamos.— Acepte.
No nos llevo mucho tiempo llegar a un hotel enorme y lujoso, con jardines impresionantes y muy bien cuidados. Llegamos a la recepción en donde Bill pidió indicaciones para llegar. Fue una chica del personal muy amable y que claramente reconoció a los Kaulitz quien nos guió hasta el recinto.
Bill y Tammy se adelantaron, dejándonos a Tom y a mi atrás pues caminábamos a un paso más lento.
—¡Este lugar es asombroso!—
Exclamé.— Estaba a la orilla de un lago y el atardecer color naranja se reflejaba en el agua quieta, algo que sin duda era un lugar perfecto para una boda romántica.
—Como habrás notado en casa, a mi madre le gustan los jardines, y desde que vió este, decidió que sería el indicado.— Comentó Tom.
—Creo que es perfecto, yo también lo hubiese elegido.—
—Interesante dato.— Respondió. Ahí estaba otra vez, ese tipo de comentarios suyos del que nunca estaba segura de cual era su significado.
—¡Queridos!— La voz alegre de Simone rompió con nuestro contacto visual.
—Creo que es perfecto, yo también lo hubiese elegido.—
—Interesante dato.— Respondió. Ahí estaba otra vez, ese tipo de comentarios suyos del que nunca estaba segura de cual era su significado.
—¡Queridos!— La voz alegre de Simone rompió con nuestro contacto visual.
—Madre, ¿terminaras algún día con esto?— Inquirió, a lo que ella le respondió con un ligero golpe en el brazo.
—Casi he terminado, he programado todo para que sea montado a partir de las siete de mañana.—
Mire alrededor, Andy hablaba con un grupo de personas y todavía no se percataba de mi presencia. En cuanto al escenario de la boda note que no tenía muchos cambios, pues por lo que había escuchado, Simone prefería que todo se armara al día siguiente. Suponía que las personas que hablaban con Andy eran quienes se encargarían de todo eso y recibían las ultimas indicaciones.
Me detuve un momento a observar a Simone, lucia tranquila y me pregunte como se sentía, teniendo en cuenta que se casaría el día siguiente. No recordaba haber asistido a alguna boda antes, así que sentía curiosidad por ver el proceso.
—Que bueno que están aquí— Andy se acercó, al igual que Tammy y Bill.
—Creí que todo estaría listo.— Comentó Bill.
—¿Y que una posible lluvia lo arruine todo? No, cariño. estoy un poco neurótica ahora mismo, así que para proteger mi salud mental, prefiero que todo sea hecho mañana.— Respondió Simone.
—Mas le vale al clima no meterse contigo.— Dijo Tom, consiguiendo un segundo golpe de su madre, que reía animada.
—¿Que tal ha ido el paseo?.— Preguntó mi tía.
—Genial, Bill y yo hemos comprado algunas cosas, ¡Oh, y hemos tenido una encuentro con las fans!— Hubiese deseado que Tammy no mencionara aquello. Para mi sorpresa, a Bill y a Tom tampoco pareció agradarles.
—¿Ha ido todo bien?— Quiso saber Simone con el semblante preocupado.
—Casi he terminado, he programado todo para que sea montado a partir de las siete de mañana.—
Mire alrededor, Andy hablaba con un grupo de personas y todavía no se percataba de mi presencia. En cuanto al escenario de la boda note que no tenía muchos cambios, pues por lo que había escuchado, Simone prefería que todo se armara al día siguiente. Suponía que las personas que hablaban con Andy eran quienes se encargarían de todo eso y recibían las ultimas indicaciones.
Me detuve un momento a observar a Simone, lucia tranquila y me pregunte como se sentía, teniendo en cuenta que se casaría el día siguiente. No recordaba haber asistido a alguna boda antes, así que sentía curiosidad por ver el proceso.
—Que bueno que están aquí— Andy se acercó, al igual que Tammy y Bill.
—Creí que todo estaría listo.— Comentó Bill.
—¿Y que una posible lluvia lo arruine todo? No, cariño. estoy un poco neurótica ahora mismo, así que para proteger mi salud mental, prefiero que todo sea hecho mañana.— Respondió Simone.
—Mas le vale al clima no meterse contigo.— Dijo Tom, consiguiendo un segundo golpe de su madre, que reía animada.
—¿Que tal ha ido el paseo?.— Preguntó mi tía.
—Genial, Bill y yo hemos comprado algunas cosas, ¡Oh, y hemos tenido una encuentro con las fans!— Hubiese deseado que Tammy no mencionara aquello. Para mi sorpresa, a Bill y a Tom tampoco pareció agradarles.
—¿Ha ido todo bien?— Quiso saber Simone con el semblante preocupado.
—Tranquila, mamá, todo estuvo
bien, solo fueron unas cuantas chicas.—Mintió Tom. Con ello mi amiga al parecer entendió que había hecho mal en comentarlo.
—Cierto.—Agregó. —Fue algo mas bien divertido.
Simone asintió.
—Hola, familia— Simone fue sorprendida al encontrarse de pronto envuelta entre los brazos de Gordon.
—Cierto.—Agregó. —Fue algo mas bien divertido.
Simone asintió.
—Hola, familia— Simone fue sorprendida al encontrarse de pronto envuelta entre los brazos de Gordon.
—¿Qué haces aquí?— Inquirió Tom.
—He querido echar un vistazo.—
—Creí que te aburrían esas cosas— Apuntó Bill.
—Es también mi boda, que clase de persona sería si no muestro un poco de interés.— Sus palabras vinieron acompañadas con un sonoro beso en la mejilla de su esposa.
Yo sonreí ante aquella imagen. Se veían tan bien juntos, algún día esperaba poder tener una relación como la suya.
—Creí que te aburrían esas cosas— Apuntó Bill.
—Es también mi boda, que clase de persona sería si no muestro un poco de interés.— Sus palabras vinieron acompañadas con un sonoro beso en la mejilla de su esposa.
Yo sonreí ante aquella imagen. Se veían tan bien juntos, algún día esperaba poder tener una relación como la suya.
—¿No es un encanto mi futuro
esposo?— Dijo Simone en un tono tan tierno que a todo nos hizo reír.
Gordon tomó en brazos a
Simone y en un suave movimiento la mantuvo sujeta en el aire y luego le planto
un tierno beso en los labios.
—La organizadora de bodas y su equipo se han marchado, creo que deberíamos hacer lo mismo.— Anunció Andy.
Yo no quería marcharme aún, ese lugar era fantástico. No sabía exactamente porqué pero, sentía cierta fascinación por los lagos, quizás me atraían porque eran lugares tranquilos y silenciosos.
—¿Que tal un paseo antes de irnos?—
Miré a Bill, ¿A caso me había leído la mente?
Miré a Bill, ¿A caso me había leído la mente?
—Yo estoy agotada, así que me iré a casa, pero ustedes pueden quedarse, Avisaré en recepción que estarán aquí.— Dijo Simone. Ella y Gordon se tomaron de la mano y se despidieron con la mano.
—Niñas, yo también me marcho, si no les importa.—Indicó Andy sin poder evitar un bostezo.
—Estaremos bien, no te preocupes.— Le hice saber. Ella asintió, se despidió con una sonrisa y caminó detrás de la pareja de enamorados.
—¡Tendrán que esperar hasta la noche de bodas, tórtolos!— Le gritó a Simone y Gordon, ellos se volvieron y sonrieron.
—¿Caminamos?— Me pidió Bill.
Yo asentí, ver la puesta de sol me ilusionaba y no dude en unirme al paso de Bill.
—¿Cuándo estarán de vuelta en Berlin— Preguntó Tom, que junto a Tammy se unieron a nosotros.
—El domingo por la tarde.— Respondí.
—¿También nosotros, cierto Bill?—
—Eh, si, también nosotros.— Confirmó este.
Llegamos a la orilla del lago y me senté sobre el césped, Bill hizo lo mismo mientras que Tammy y su hermano continuaron con la caminata.
—Bill, ¿puedo preguntarte algo?—
—Por supuesto.—
—¿Por que nunca hablan de su padre?.— Mi pregunta no afectó su sonrisa y eso me animo, pues temía que mencionar aquello le molestará.
—Hace tanto tiempo que no lo vemos, nuestra relación con él es, bueno, un tanto complicada.—
—Lo siento.— Comente con sinceridad.
—En todo caso, es él quien se ha alejado de nosotros.— Agregó. —Tiene otra familia, mas hijos, así que supongo que no le hacemos mucha falta.
—No creo que sea así.—
El sonrió con melancolía, sus ojos expresivos no mentían en cuanto a sus sentimientos sobre su padre. Incluso yo podía notar que le entristecía hablar de ello.
—Créeme, se lo que te digo.— Concluyó y supe que no deseaba hablas más sobre el tema, así que lo deje estar.
—Estoy tan agotada—Se quejo Tammy, que bajo del auto con mucha lentitud.
Yo me sentía prácticamente igual, como si hubiera escalado una montaña en lugar de tan solo un paseo por la ciudad.
Yo me sentía prácticamente igual, como si hubiera escalado una montaña en lugar de tan solo un paseo por la ciudad.
—¿Lo han pasado bien?
.—preguntó Bill, caminando junto a nosotras.
—Fue genial, gracias— Le hice saber y él me sonrió.
Entramos a casa y Tom lo hizo detrás de nosotros, pues había recibido una llamada al móvil y se había apartado un poco para hablar.
Tammy se abalanzo sobre el primer sofá que encontró, agotada. Yo hice los mismo con el que estaba enfrente y Bill me imitó, dejándose caer a mi lado, los dos suspiramos de alivio.
—Fue genial, gracias— Le hice saber y él me sonrió.
Entramos a casa y Tom lo hizo detrás de nosotros, pues había recibido una llamada al móvil y se había apartado un poco para hablar.
Tammy se abalanzo sobre el primer sofá que encontró, agotada. Yo hice los mismo con el que estaba enfrente y Bill me imitó, dejándose caer a mi lado, los dos suspiramos de alivio.
Tom se acercó a Tammy y le entregó las bolsas de compra, las de Bill las deposito sobre la mesa. Fue hasta un pequeño bar y se puso en cuclillas para buscar algo en la nevera.
—¿alguien quiere una bebida? —
preguntó.
—Sí.— Respondimos todos al unisono.
De pronto mi amiga se puso en pie y fue a donde él estaba.
—¿Necesitas ayuda?— Le preguntó con una sonrisa en los labios.
—Gracias, me vendría bien.— Respondió este.
—Parece que los mayores se han ido a la cama temprano.— Comentó Bill.
—No me sorprende, mañana será un día de locos— Agregó Tom.
—Me emocionan las bodas, siempre pasan cosas interesantes en ellas.— Dijo Tammy.
Ella estaba a la tarea de agregar hielos en 4 vasos de cristal mientras que Tom buscaba en la alacena y sacaba un par de botellas.
—Como el tío borracho que no has visto en años, el mismo que habla por los codos y siempre te hace pasar vergüenzas— Dijo Bill.
—Creo que tenemos uno de esos también.— Tom sonrió desde el bar.
—Sí.— Respondimos todos al unisono.
De pronto mi amiga se puso en pie y fue a donde él estaba.
—¿Necesitas ayuda?— Le preguntó con una sonrisa en los labios.
—Gracias, me vendría bien.— Respondió este.
—Parece que los mayores se han ido a la cama temprano.— Comentó Bill.
—No me sorprende, mañana será un día de locos— Agregó Tom.
—Me emocionan las bodas, siempre pasan cosas interesantes en ellas.— Dijo Tammy.
Ella estaba a la tarea de agregar hielos en 4 vasos de cristal mientras que Tom buscaba en la alacena y sacaba un par de botellas.
—Como el tío borracho que no has visto en años, el mismo que habla por los codos y siempre te hace pasar vergüenzas— Dijo Bill.
—Creo que tenemos uno de esos también.— Tom sonrió desde el bar.
Un par de minutos después, los dos volvieron con las bebidas, sonriendo y mirándose el uno al otro como si compartieran algún secreto.
—Pondré una película. ¿Quién se apunta? — preguntó Bill, Tom le entregó una bebida y después otra a mi. Sus dedos rosaron los míos cuando tomé el vaso y algo extraño ocurrió. Una especie de electricidad me provoco un hormigueo en la piel, fue sutil, pero pude notarlo y a juzgar por su mirada que se cruzo con la mía cuando alce la vista, supuse que él sintió lo mismo, o quizás solo eran imaginaciones mías.
—Yo me apunto, aunque no te aseguro que llegue hasta el final— Respondí al tiempo que apartaba los ojos de los de Tom.
—Yo tampoco prometo tanda, pero la veré— Dijo Tammy.
Nadie pareció notar el pequeño momento que Tom y yo acabábamos de compartir y daba gracias por ello.
Nadie pareció notar el pequeño momento que Tom y yo acabábamos de compartir y daba gracias por ello.
—Bill, no te atrevas a poner una de esas historias románticas. — Le amenazó su hermano. Él aun me miraba cuando habló y yo estuve tentada a decirle que parara pues sentir sus ojos puestos en mi me ponía nerviosa.
—Vale, veré que hay en la colección, ¿Que les apetece ver?— Inquirió especialmente a Tammy y a mi.
—Puedo ver lo que sea.— Dije.
—Hoy no tengo exigencias, elige tu.— Le pidió Tamm.
—Vale, veré que hay en la colección, ¿Que les apetece ver?— Inquirió especialmente a Tammy y a mi.
—Puedo ver lo que sea.— Dije.
—Hoy no tengo exigencias, elige tu.— Le pidió Tamm.
[ ]
Mientras Bill decidía que película poner, yo me ofrecí para ir a la cocina y preparar palomitas. Desafortunadamente Tom fue detrás de mi, argumentando que me ayudaría a encontrar los paquetes para microondas. Tammy, que estaba en una esquina respondiendo una llamada de su madre, alzo la vista, no parecía muy contenta.
—¿Mantequilla o queso? —
preguntó Tom, mostrándome dos paquetes que sostenía en las manos y que había sacado de una alacena
—Las dos —respondí, recargada contra la meseta de granito. Se suponía que era yo quien se encargaría, pero él había tomado la iniciativa en cuanto llegamos a la cocina.
Su mirada insistente y nada discreta seguía incomodandome, algo que al parecer él lo notó, pues se dedicó a hacer comentarios que me hacían reír. Tenía que reconocerlo, a pesar de lo extraña que me hacía sentir, su buen sentido del humor era un punto a su favor.
Su mirada insistente y nada discreta seguía incomodandome, algo que al parecer él lo notó, pues se dedicó a hacer comentarios que me hacían reír. Tenía que reconocerlo, a pesar de lo extraña que me hacía sentir, su buen sentido del humor era un punto a su favor.
—¿Te han dicho que tienes una
sonrisa tan encantadora?— Comentó él de pronto.
—He... bueno, algunas veces, creo.— Dije y el calor que sentí en mis mejillas me indicó que estaba sonrojada. No me gustaba mucho pensar en lo que su cercanía provocaba en mi, prefería verlo como alguien irritante que prestar atención a su encantadora sonrisa (muy parecida a la de Bill) o a sus ojos bonitos (otra vez, iguales a los de su hermano). Me enfadaba conmigo misma pensando en él como alguien que me atraía. No quería verlo de ese modo.
Estando cerca de Tom me daba cuenta que me sentía diferente; me enfadaba sin razón, le buscaba con la mirada aun en contra de mi voluntad y cada vez que me hablaba, resultaba odioso y atrayente al mismo tiempo.
Estando cerca de Tom me daba cuenta que me sentía diferente; me enfadaba sin razón, le buscaba con la mirada aun en contra de mi voluntad y cada vez que me hablaba, resultaba odioso y atrayente al mismo tiempo.
—Estoy seguro que han sido muchas veces. Deka, cuando sonríes, tu rostro se ilumina de una manera preciosa — Su voz sonó seductora cuando lo dijo y sus ojos otra vez tenían ese brillo felino.
—No es que lleve la cuenta —
Dije y desvié la mirada.
En un arrebato de nerviosismo y para terminar con ese momento, le quite uno de los paquetes y lo puse en el microondas, marqué el cronometro para las palomitas y me quede mirando y contando las vueltas que daba dentro del horno. la bolsa de papel se infló. Una explosión, luego otra, y luego demasiadas.
—¡Va a comenzar!— Escuchamos el grito de Bill.
En un arrebato de nerviosismo y para terminar con ese momento, le quite uno de los paquetes y lo puse en el microondas, marqué el cronometro para las palomitas y me quede mirando y contando las vueltas que daba dentro del horno. la bolsa de papel se infló. Una explosión, luego otra, y luego demasiadas.
—¡Va a comenzar!— Escuchamos el grito de Bill.
—Ve tu, yo me encargo de esto.— Le indiqué a Tom aun dándole la espalda, no quería mirarle.
Silencio.
Me volví, creyendo que se había marchado y por ello no había respondido.
Él ni siquiera se inmutó, actuaba como si estuviese maquinando alguna idea en su cabeza y sus ojos permanecían puestos en mi.
Trate de ignorarlo y me dedique a sacar la bolsa preparada y ponerla en un tazón. Eran de mantequilla y la de queso aun seguía en su mano. dirigí la mirada en esa dirección.
—Podemos preparar esas después.— Dije. A pesar de que no le veía el rostro, la atención que se había formado en el ambiente me era suficiente para saber que algo le ocurría.
pasaron algunos segundos y el seguía en la misma posición, indescifrable.
—¿Vamos?— Le pregunte por pura cortesía. Realmente solo quería salir de ahí.
Capte un ligero subir y bajar de su pecho, entonces reaccionó.
—Vamos.— Dijo, sonriendo nuevamente y como si nada hubiese pasado.
¿Qué rayos ha sido eso?— Pensé mientras volvíamos al salón.
Silencio.
Me volví, creyendo que se había marchado y por ello no había respondido.
Él ni siquiera se inmutó, actuaba como si estuviese maquinando alguna idea en su cabeza y sus ojos permanecían puestos en mi.
Trate de ignorarlo y me dedique a sacar la bolsa preparada y ponerla en un tazón. Eran de mantequilla y la de queso aun seguía en su mano. dirigí la mirada en esa dirección.
—Podemos preparar esas después.— Dije. A pesar de que no le veía el rostro, la atención que se había formado en el ambiente me era suficiente para saber que algo le ocurría.
pasaron algunos segundos y el seguía en la misma posición, indescifrable.
—¿Vamos?— Le pregunte por pura cortesía. Realmente solo quería salir de ahí.
Capte un ligero subir y bajar de su pecho, entonces reaccionó.
—Vamos.— Dijo, sonriendo nuevamente y como si nada hubiese pasado.
¿Qué rayos ha sido eso?— Pensé mientras volvíamos al salón.
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